Durante las últimas semanas, usuarios peruanos han volcado su fervor patriótico en un torneo singular: el Mundial de los Desayunos, una competencia organizada por el streamer español Ibai Llanos para elegir, mediante votaciones en redes sociales, al desayuno más poderoso del mundo hispanohablante. No hay trofeo, ni patrocinadores, ni dinero en juego. El único premio es el reconocimiento del propio Ibai. Un fenómeno social algo tonto, sí, pero no por eso menos interesante.
“Vayan a votar” se convirtió en uno de los call to action más repetidos en redes. La devoción con que miles de internautas impulsaron el voto peruano tiene algo de campaña electoral, algo de orgullo culinario y mucho de sobrecompensación colectiva. El único objetivo claro es reafirmar que lo nuestro, en lo que a comida respecta, siempre será mejor.
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