“¿Les puedo ofrecer algo? ¿Agua, vino?”, pregunta apenas se presenta. Al escuchar “vino”, se dibujó una sonrisa en su rostro. “Eres de los míos”, agrega. Entonces, Guillermo Giacosa llena la copa, se recuesta en una de sus sillas. Se para un momento mientras finge seriedad. Y pregunta. “Che, ¿cuánto medís?”. Al escuchar 1.82, mientras ve ligeramente hacia arriba, dice: “Qué raro. Yo mido 1.85. Me estoy encogiendo” y suelta una carcajada.
Suscríbase al contenido
Esto es material premium. Suscríbete para leer el artículo completo.