Después de estudiar dos años de pintura en Bellas Artes, “no entendía cómo iba a vivir de la pintura”. Saturado de Lima y de los problemas familiares dejó todo de lado y se marchó a Arequipa. Este reto que inicialmente fue por dos semanas se prolongó tres años. “No contaba con recursos, pero quería construir mi vida y terminó gustándome mucho la ciudad, la luz”, recuerda. Y fue en la Ciudad Blanca, y después en Marbella, donde Kevin, ahora de 29 años, encontró su trazo como artista.
Ahora, con su exposición “La Vida de los Objetos”, en la Galería Forum hasta el 29 de agosto, Kevin mira hacia atrás y piensa: “Encontré el camino de lo que realmente amo”. En esta muestra, el artista demuestra su desconfianza en la gente: “Siento que estoy entrando en otra etapa que involucra mucho mi pasado”. Un pasado que asegura estar soltando pues a pesar de la ausencia de sus padres “tuve una infancia muy linda, los personajes que he retirado los he reemplazado con los objetos”. Aquí no hay soledad ni caos. Cada objeto está bien cuidado, está en su sitio y las flores están vivas. Hay nostalgia, pero no soledad. Todos podemos imaginar quién habita ese espacio.