La inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa futura. Es la nueva arena de competencia global, donde se cruzan las grandes potencias tecnológicas, las empresas más valiosas del mundo y una red de dilemas energéticos, éticos y políticos que apenas empieza a delinearse. En pocos meses, la IA se ha convertido en protagonista de los resultados financieros, las estrategias corporativas y las tensiones geopolíticas que definen el nuevo orden digital.
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