Martín Vizcarra ha vuelto al centro del debate político. Su aparición con el 15 % en la última encuesta de CPI –a pesar de inhabilitaciones vigentes y una posible sentencia judicial en camino– ha generado críticas y suspicacias. Pero detrás del ruido actual se esconde un precedente histórico que poco se ha recordado: el caso de Alan García en el año 2001.
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