Constante Traverso camina mientras muestra partes de la casona y las vincula a hitos históricos. Detrás de él, el patio colonial de la Casona Huerto O’Donovan –nombre que pronuncia con la solemnidad del caso– revela su geometría perfecta: corredores imponentes, un zaguán que desemboca en un jardín encantador y lleno de vida y columnas que sostienen no solo techos sino también dos siglos y medio de memorias de nuestra historia.
Suscríbase al contenido
Esto es material premium. Suscríbete para leer el artículo completo.