A veces, la vanidad pesa más que el almuerzo. Y es en este contexto que un fármaco inyectable se ha convertido en la estrella de los eventos importantes, los grupos de WhatsApp y las selfies con nuevos ángulos. Se llama Ozempic y, aunque fue creado para controlar la diabetes tipo 2, ha terminado siendo el secreto peor guardado de quienes quieren adelgazar de forma más rápida. Su efecto es real, su popularidad indiscutible, pero a diferencia de la imagen glamorosa de quienes la usan, no es un medicamento milagroso.
Suscríbase al contenido
Esto es material premium. Suscríbete para leer el artículo completo.