A sus 100 años recién cumplidos, Irma Cristina
Gaviño Lira de Pino ostenta una carrera que
destaca en valores fundamentales para el
crecimiento de cualquier sociedad, y en particular
la peruana: docencia, civismo, comunidad y
desarrollo de la mujer. Nació hace un siglo en el
Callao y se graduó como profesora de inglés. Fue
docente durante treinta años, hasta 1974, y a lo
largo de otra década más, trabajó en el despacho
de siete ministros del sector. Su último cargo en el
sector público fue el de directora de Bienestar
Social del Ministerio de Educación. Pero la
verdadera diferencia consistió en un incansable
esfuerzo por involucrarse con su entorno y darles
su tiempo a las causas más urgentes como las del
adulto mayor, los más pobres y, particularmente,
las condiciones de la mujer para incorporarse a
tareas que le estaban tradicionalmente limitadas,
como la empresa y el gobierno. Ejerció, entre
otros cargos ad honorem, como presidenta de la
Federación de Mujeres de Negocios y
Profesionales del Perú, del Secretariado Nacional
de Instituciones Privadas de Bienestar Social y del
Movimiento Cívico Femenino del Perú. En su
familia que hoy celebra la dicha de acompañarla
en su centenario, la consideran una mujer
adelantada a su época. Y definitivamente lo es.