Por Leny Fernández
Deadpool & Wolverine es la tercera entrega protagonizada por el enmascarado de
traje rojo, pero con la adición del atormentado superhéroe Wolverine, quien en 2017
concluyó su propia trilogía con “Logan”, película en la que el mutante hallaba su
camino de redención, luego de descubrir una paternidad inesperada.
Al respecto, podría pensarse que la incorporación de este personaje dramático abriría
alguna línea de complejidad psicológica en la habitual narrativa socarrona y de humor
negro propias de las películas de Deadpool. Nada de eso. Lo que logra el guion
–escrito por Ryan Reynolds, Rhett Reese y Paul Wernick– así como la dirección de
Shawn Levy, es que Wolverine (interpretado por Hugh Jackman) se sume a un
rocambolesco argumento de líneas temporales y multiversos, para hacer de aquello
que a simple vista parecía un forzado encuentro en favor de generar taquilla, una
buddy movie con todas las de la ley. Así, en Deadpool & Wolverine tenemos la reunión
de dos personalidades que no tienen casi nada en común; y que buscan cumplir una
misión con travesía épica de por medio, mientras van afianzando su muy reciente
amistad.
La cinta también funciona como una comedia disparatada en la que los gags importan
más que los hechos que los originan, pues todos son pretextos para el humor. Por
supuesto, podría acusársele de, por momentos, resultar repetitiva o poco
sorprendente; sin embargo, su mordacidad e incorrección al servirse de la violencia en
tiempos donde cierto conservadurismo está al acecho, es de agradecer.
Ahora, más allá de sus virtudes, lo que menos nos gusta de Deadpool & Wolverine–y
de otras tantas cintas basadas en comics de superhéroes– es lo que generan en las
carteleras comerciales, especialmente en una como la peruana que no se caracteriza
por apostar más allá de los blockbusters hollywoodenses. Cada estreno de estos
significa un acaparamiento de salas y horarios que relega a otros títulos a una
exhibición mínima; a la vez que dictamina el calendario y acorrala a la producción
nacional que no se encuentra protegida por una cuota de pantalla. Un tema pendiente
sobre el que siempre es necesario llamar la atención.