Estadísticamente, los mercados tienden a abrir la semana con caídas: los lunes suelen teñirse de rojo. Sin embargo, al llegar el cierre de la jornada en EE.UU., en la NYSE y el Nasdaq ya se perciben señales de recuperación. Es el inicio del fenómeno conocido como “Turnaround Tuesday”, una tendencia que se extiende hasta el cierre del martes y que ha demostrado ser sorprendentemente resistente, incluso en escenarios de alta tensión geopolítica como el conflicto entre Israel e Irán.
La historia lo respalda, incluso desde el “lunes negro”
El ejemplo más extremo de este efecto se remonta al 19 de octubre de 1987, el “lunes negro”, una jornada fatídica para los mercados globales. Y sin embargo, el martes siguiente ofreció una oportunidad inesperada de recuperación. Desde entonces, operadores experimentados han identificado un patrón: comprar en la debilidad del lunes y vender tras el repunte del martes. Incluso caídas moderadas del S&P 500 (entre 0,8 % y 1,0 %) suelen ser suficientes para activar este rebote técnico.
La regla de oro: saber cuándo salir
Pero el “Turnaround Tuesday” solo funciona si se ejecuta con disciplina. Muchos traders se aferran a las ganancias iniciales con la esperanza de mayores retornos, solo para verlas esfumarse el miércoles o jueves. La clave está en respetar el patrón y cerrar la operación el martes. Hasta el anuncio de un cese al fuego por parte de Donald Trump esta semana parece haber encajado con precisión en esta narrativa bursátil: las guerras pueden sacudir al mundo, pero el calendario de Wall Street tiene su propia lógica.
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