En tiempos en que invertir desde un celular se ha vuelto tan común como pedir comida por delivery, la elección del intermediario financiero se convierte en una decisión crítica. Ricardo Evangelista, director de ActivTrades. y CEO de su filial europea, lo resume con claridad: “La regulación no es un detalle administrativo: es la base de la confianza en los mercados”.
El peso de estar regulado
Para un inversor que recién empieza, comisiones bajas o plataformas atractivas pueden parecer lo más importante. Evangelista no lo niega, pero advierte: “Un bróker regulado opera bajo reglas estrictas, es auditado regularmente y debe cumplir estándares altos en seguridad de fondos, transparencia y conducta ética. Comisiones y usabilidad son importantes, pero no protegen al cliente si algo sale mal. La regulación sí”.
Esa supervisión se traduce en medidas concretas. Los reguladores exigen que los corredores mantengan el dinero de los clientes en cuentas segregadas, separadas de los fondos de la empresa. “Así, incluso si el bróker enfrenta problemas financieros, el dinero del cliente sigue intocable y recuperable”, explica.
Blindaje para el cliente
El mecanismo no es menor: significa que esos fondos no pueden usarse para gastos operativos ni reclamarse en caso de insolvencia. “Es una tranquilidad para el cliente: su dinero está protegido y disponible”, enfatiza Evangelista.
El sistema se complementa con mecanismos de resolución de disputas. “Si un cliente tiene un reclamo, primero lo atendemos internamente. Si no queda satisfecho, puede acudir a los reguladores, al defensor del cliente financiero o a esquemas alternativos. Lo importante es que existen canales imparciales para resolver conflictos sin llegar a un tribunal”.

Estándares y deberes
La lista de exigencias regulatorias es amplia: políticas contra el lavado de dinero, procesos de Know Your Client (KYC), auditorías internas y externas, y marcos europeos como MiFID II, que obliga a evaluar la idoneidad de los clientes, transparentar comisiones y registrar todas las comunicaciones. A esto se suman el GDPR, que protege datos personales; DORA, que regula la resiliencia digital; y el pionero AI Act, que impone criterios éticos y de transparencia en el uso de inteligencia artificial.
“No son solo requisitos legales. Son parte de nuestro compromiso con la transparencia y la protección del cliente”, señala Evangelista.
En esa misma línea, subraya que un bróker regulado no solo debe ejecutar órdenes, sino también educar a sus usuarios: “Tenemos la obligación de asegurarnos de que los clientes entienden los riesgos. Por eso ofrecemos recursos formativos, webinars y análisis de mercado. Es una responsabilidad social y, al mismo tiempo, una forma de reducir reclamos y aumentar la satisfacción”.
Un seguro extra
Más allá de los esquemas de compensación obligatorios en distintos países, ActivTrades ha ido más lejos. “Nuestros clientes cuentan con un seguro adicional, sin costo, que cubre hasta un millón de dólares en caso de insolvencia. Es un nivel de protección que excede los requerimientos regulatorios”, destaca Evangelista.
El trasfondo
Con más de dos décadas en los mercados financieros, Evangelista conoce los riesgos de operar en tierra de nadie. Su mensaje es claro: invertir siempre conlleva incertidumbre, pero hacerlo con un bróker regulado garantiza que esa incertidumbre provenga del mercado, no de la plataforma.
“El trading nunca deja de ser un reto. La regulación no elimina los riesgos, pero asegura que se juegue en un terreno justo”, sentencia.
Perfil
Ricardo Evangelista es director de ActivTrades y CEO de la entidad europea del grupo. Con experiencia en trading, análisis, gobierno corporativo y regulación, ha liderado firmas financieras en Europa y Medio Oriente. Es colaborador habitual en medios especializados y generalistas, donde traduce la experiencia institucional al lenguaje de los inversionistas minoristas.