Por: Enrique Hernández.- Guyana, un pequeño país de Sudamérica, superó en todos los indicadores a Venezuela. Y ese renacimiento de lo que fue una colonia inglesa es por el arribo de la petrolera Exxon, quien llegó en 2019 con capital para extraer y producir petróleo.
A finales de 2023 ese oro negro provocó que Guyana y Venezuela se vieran inmersos en una de las crisis internacionales más serias vividas en América Latina en los últimos años por territorios ricos en campos petrolíferos.
Por toda esa bonanza Irfaan Ali, presidente de Guyana, goza de altos índices de aprobación de la población, así como acogió las inversiones de ExxonMobil y ve con beneplácito el interés de Chevron por la producción de petróleo.
Y en crisis está Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, protagonista de primeras planas mundiales por una elección con visos de fraude.
EL FLORECIMIENTO PETROLERO DE GUYANA
“Guyana ha atraído grandes entradas de inversión extranjera desde 2017, cuando los recursos relacionados con el descubrimiento del bloque de petróleo Stabroek comenzaron a fluir hacia el país”, revela la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Las entradas alcanzaron los USD 7198 millones en 2023, lo que representa un aumento del 64 por ciento en comparación con 2022.
La segunda petrolera estadounidense, Chevron anunció el 23 de octubre de 2023 que había adquirido Hess, con sede en Nueva York, por USD 53 mil millones.
La adquisición supone la entrada de Chevron a Guyana, donde desde 2015 un consorcio de empresas, entre las que se encuentran Hess, el principal competidor Exxon Mobil y la china CNOOC, han descubierto importantes yacimientos de petróleo.
El gráfico muestra el comportamiento de las acciones de Exxon Mobil en color naranja, que cerraron en 119 dólares, y las azules son de Chevron, que terminaron en 145 dólares.
El crecimiento económico de Guyana continúa en un récord mundial con niveles de 33.9 % proyectado en 2024 y una inflación de 1.1 %, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Después de un crecimiento del 62 % por ciento en 2022, Guyana creció un 33 % en 2023. Así avanza un país donde los gigantes petroleros pelean por la producción de crudo.
VENEZUELA SIN INVERSIONES
En la era chavista, Venezuela ha registrado una caída de 75 % en su producción petrolera. “En el 2000, la producción de crudo en Venezuela era alrededor de 2.9 a 3 millones de barriles diarios”, dice Ramses Pech, asesor de la industria energética en México. Al cierre del 2023 la producción de Venezuela fue de 783 mil barriles.
“Su sistema de refinación está funcionando con una baja utilización. Esto ha causado problemas para tener combustibles principalmente gasolina y diesel”, apunta Ramses Pech.
Maduro alejó a los inversionistas desde que asumió el poder y se fue diluyendo la inversión de las empresas extranjeras. La última vez que llegó inversión extranjera directa a Venezuela fue en 2018, cuando recibió USD 886 millones.
En las últimas dos décadas se registró una salida de capitales físicos, es decir que las compañías hicieron desinversiones y se llevaron más de USD 2587 millones.
Chevron Corp. reinició la perforación en un campo prístino en la Faja Petrolífera del Orinoco, en un intento por aumentar la producción. Desde mediados de febrero se están realizando trabajos en la zona de crudo pesado de la Faja. El área representa la mejor –y quizás la única– oportunidad a corto plazo de Chevron para aumentar la producción en Venezuela, ya que los otros dos campos operados por la compañía comenzarán a disminuir pronto. El trabajo es parte de un plan para perforar hasta 30 nuevos pozos hasta 2025.
Se espera que el flujo aumente en un 35 por ciento la producción general en las tres empresas conjuntas de Chevron con la compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela SA, lo que significa 250 mil barriles por día para 2025.
De mantenerse la tendencia Venezuela podría cerrar 2024 con una inflación en torno al 30 por ciento, lo que sería un logro significativo después de 9 años reportando tasas de tres dígitos o más, concluye el PNUD.