Morgan Stanley volvió a sorprender a los mercados. La histórica firma de inversión con sede en Nueva York —una de las más grandes del mundo junto con Goldman Sachs y JPMorgan— reportó un salto de 45% en sus utilidades durante el tercer trimestre de 2025, impulsada por la expansión de su división de wealth management y el repunte de las operaciones corporativas en Estados Unidos.
El ingreso neto alcanzó los 18.224 millones de dólares, un crecimiento de 18% interanual, mientras que el beneficio atribuible a los accionistas subió a 4.610 millones, con un EPS de 2,80 dólares frente a los 1,88 del año anterior. La acción respondió con fuerza: subió 4,7% en la sesión del 15 de octubre y cerró en 162,65 dólares, elevando la capitalización bursátil a 259.600 millones.
El CEO Ted Pick calificó el trimestre como “extraordinario”, destacando que la rentabilidad antes de impuestos del área de gestión patrimonial alcanzó 30,3%, con 81.000 millones de dólares en nuevos activos, lo que eleva los fondos administrados totales a 8,9 billones de dólares. En los nueve primeros meses del año, la utilidad neta acumulada creció 29%, hasta 12.464 millones, y los ingresos 16%, a 52.755 millones.
La fortaleza de Morgan Stanley se explica por su apuesta de largo plazo: diversificar ingresos hacia la gestión de patrimonio en lugar de depender exclusivamente del trading y la banca de inversión. Esa estrategia, implementada hace más de una década, hoy le da resultados récord en un entorno de tasas más bajas y mayor apetito por el riesgo.
En el mercado técnico, la acción se consolida en máximos de 2025 y apunta a superar los 171 dólares, mientras que los indicadores de fuerza relativa (RSI) se mantienen en terreno neutral. Si la tendencia se sostiene, Morgan Stanley podría convertirse en el referente del nuevo ciclo de expansión del sector financiero estadounidense.
Dirk Friczewsky– analista de ActivTrades.
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