El Ministerio de Economía y Finanzas publicó el Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAPM), y ajustó ligeramente al alza la proyección de crecimiento del PBI para el año 2024, a 3,1%, desde el 3,0% previsto en el Marco Macroeconómico Multianual 2024-2027 publicado en agosto de 2023, encontrándose la economía en una fase de recuperación.
El PBI de Perú crecería 3,1% en 2024 debido principalmente al incremento de las exportaciones, la inversión y el consumo privado. Las exportaciones estarán favorecidas por la mejora de la oferta de los sectores primarios afectados por el Fenómeno El Niño (FEN) como la pesca y el agropecuario, y la mayor producción minera de cobre, molibdeno y plata. La disipación del FEN desde abril 2024 permitirá incrementar la oferta pesquera y agropecuaria. En este sentido, la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona norte-centro inició el 16 de abril y presenta un avance importante.
Por su parte, se registrará un avance significativo en la ejecución de inversiones de grandes proyectos de infraestructura, y la recuperación de la inversión minera, que permitirá una mayor generación de empleo y dinamizará el consumo privado. Además, el gasto privado será favorecido por la mejora de la confianza de los agentes económicos, la convergencia de la inflación al rango meta -que facilitaría la reducción de tasas de interés- y una mayor disponibilidad de liquidez.
Para el periodo 2025-2027, el PBI se incrementaría 3,0% en promedio, sostenido por la dinámica favorable de una mayor inversión privada que impulsará la demanda interna. Por otro lado, una mayor oferta minera en un contexto de creciente demanda internacional que impulsará las exportaciones.
Para sostener el crecimiento económico en el mediano y largo plazo, el Gobierno enfocará sus esfuerzos en fortalecer e impulsar la competitividad de la economía, dinamizar proyectos para mejorar la conectividad de transporte interno y hacia el exterior, al impulsar la infraestructura de puertos, aeropuertos y nuevos ferrocarriles. Además, se implementará reformas compatibles en el proceso de adhesión a la OCDE, que permitirá un crecimiento económico sostenido en el mediano y largo plazo.
Con ello, en el horizonte de proyección 2024-2027, el crecimiento del PBI de Perú (3,0%) sería uno de los más altos de la región, superando a países como Colombia, Chile y México.
Inversión privada
Según señala el documento del IAPM, la inversión privada retomaría a una senda de crecimiento positiva y registraría una tasa de 2,4% en 2024, favorecida por la recuperación de la inversión minera y no minera. La inversión minera se aceleraría gracias al inicio de construcción de proyectos de ampliación y reposición y mayores inversiones en sostenimiento, y exploración minera. Asimismo, la inversión no minera se recuperaría por la aceleración en la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, lotes de explotación de hidrocarburos e inversión diversificada.
En particular, la inversión en infraestructura se mantendría dinámica y crecería 15,2% en 2024 (2023: 22,5%), favorecida por la aceleración en la ejecución de grandes proyectos de infraestructura de transporte como el avance la construcción de estaciones claves de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, la construcción del nuevo terminal de la ampliación del Aeropuerto Jorge Chávez, los aeropuertos regionales, y la finalización de la primera etapa del Terminal Portuario Chancay.
También se registrarían inversiones iniciales de la cartera de Asociaciones Público-Privadas (APP) adjudicada en los últimos años y mayores inversiones en el sector telecomunicaciones. Por ejemplo, según el Ministerio de Energía y Minas, para 2024 se construirían proyectos de transmisión eléctrica en Perú adjudicados entre 2019 – 2021, con una inversión total de US$ 238 millones; y se registraría una mayor inversión en infraestructura de telecomunicaciones, pues según Osiptel, se estima una meta de monto inversión de US$ 1 384 millones para este año.
Exportaciones
Otro aspecto importante es que, en el 2024, las exportaciones de bienes y servicios crecerían 4,5%, impulsadas por los envíos tradicionales de cobre y harina de pescado, y productos no tradicionales de agroexportación, principalmente.
Las exportaciones tradicionales estarán sostenidas por el impulso de productos clave como el cobre y molibdeno, que alcanzaría su máximo nivel histórico, ante el segundo año completo de producción de Quellaveco, junto con el efecto estadístico favorable en empresas como Las Bambas, Antapaccay y Constancia.
Asimismo, las exportaciones de harina de pescado se recuperarían, debido a la normalización de las condiciones oceanográficas y el inicio de la primera temporada de pesca de anchoveta a partir de la segunda mitad de abril. En esa misma línea, las exportaciones no tradicionales crecerían, explicado, principalmente, por la recuperación de los envíos de agroexportación, en un contexto donde la disipación del FEN permitirá incrementar la oferta de frutas como arándanos.
Cabe mencionar asimismo que en el IAPM se prevé una recuperación de las exportaciones de servicios gracias al mayor arribo de turistas internacionales.
Déficit fiscal
En el IAPM se muestra una reducción más gradual del déficit fiscal que sea consistente con el proceso de recuperación de la economía peruana y con preservar la sostenibilidad de sus finanzas públicas. Ello está en línea con lo señalado por el FMI en la elaboración de su último artículo IV para Perú, donde sugiere que el déficit fiscal se reduzca de 2,8% del PBI en 2023 a 2,5% del PBI en 2024 (en vez de 2,0% del PBI para 2024) con el objetivo de evitar comprometer la recuperación de la actividad económica. La nueva consolidación fiscal, junto a otras medidas de fortalecimiento de las cuentas fiscales, se incluirán en la solicitud de facultades legislativas en materia económica que presentará el gobierno al Congreso de la República.
De esta manera, se propone que el déficit fiscal sea equivalente a 2,5% del PBI en 2024 con una reducción gradual en los siguientes años hasta ubicarse en 1,0% del PBI en 2028. Con ello, la deuda pública llegaría a 33,7% del PBI en 2026 y tendría una tendencia decreciente en adelante, con lo que se ubicaría muy por debajo del promedio de deuda pública de economías emergentes y de la región (alrededor de 70% del PBI).
En este sentido, la política fiscal será conducida por el proceso de reducción gradual del déficit fiscal con el objetivo de retornar al cumplimiento de las reglas fiscales de mediano plazo, (1,0% del PBI para el déficit fiscal y 30% del PBI para la deuda pública), lo que será consistente con la recuperación de la actividad económica y con preservar la sostenibilidad fiscal del país.