La economía estadounidense atraviesa un momento cada vez más tenso, y no precisamente en sentido positivo. El renovado enfrentamiento comercial entre EE.UU. y China ha vuelto a sacudir los mercados. ¿Era este el “gran triunfo” que prometía la administración Trump?
Lo cierto es que el acuerdo que se negocia parece más un parche que una solución. Ninguno de los presidentes ha firmado todavía. Xi Jinping guarda silencio. Trump, en cambio, ha vuelto a arremeter en Truth Social, anunciando un arancel del 55% sobre las importaciones chinas, mientras que China respondería con un impuesto del 10% a los productos estadounidenses.
Más allá del desenlace, el impacto ya se siente en el bolsillo de los ciudadanos. El encarecimiento de bienes importados ya está afectando el consumo, y las próximas cifras del PBI de EE.UU. lo reflejarán con claridad.
¿Por qué importa esto tanto? Porque en Estados Unidos el consumo privado representa casi el 69% del PBI. No es un componente más: es el corazón de su economía. Si los consumidores comienzan a retraerse, el crecimiento se estanca. Y si siguen gastando, lo hacen a crédito—con tarjetas que ya están al tope en muchos hogares. El aumento en la morosidad no sería una sorpresa.
Peor aún, un PBI debilitado reduce la recaudación fiscal, complicando aún más el manejo de la abultada deuda pública estadounidense.
En resumen: la olla económica ya está burbujeando. Y si nadie baja el fuego, podría desbordarse.
Tensión en Medio Oriente: ¿el petróleo está a punto de estallar?
En el escenario global, los operadores de petróleo están cada vez más nerviosos—y no sin razón.
Se especula que Israel evalúa seriamente lanzar un ataque militar contra Irán, incluso sin el respaldo de Washington. Los mercados ya están reaccionando. El crudo Brent superó rápidamente los 70 dólares por barril, aunque registró una leve corrección matutina.
El temor no es infundado. Una ofensiva contra Irán podría desencadenar un conflicto mayor. Y el verdadero riesgo está en el Estrecho de Ormuz, el paso marítimo más estratégico del planeta para el transporte de petróleo. Si Irán lo bloquea, se paraliza una parte significativa del suministro energético mundial.
Basta imaginarlo: buques petroleros de Kuwait, Irak, Bahréin, Catar y Emiratos Árabes Unidos transitan diariamente por ese corredor. Un cierre repentino provocaría un caos inmediato en los mercados energéticos globales.
Desde Wall Street hasta el Golfo Pérsico, la presión crece. Y el mundo observa, en vilo.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
Aviso Legal: La operativa o negociación de instrumentos financieros conlleva un alto riesgo de perder su dinero. La información proporcionada es solamente con fines educativos y no debe ser tomada como consejo de inversión. Por lo tanto, cualquier persona que tome una decisión de inversión basada en la información presentada, lo hace bajo su propio riesgo.