Sustituir al cerebro por la inteligencia artificial está preocupando a los analistas. Y no es más para menos cuando ven que los centros de datos Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta consumen más energía que Francia y Alemania.
“El consumo de electricidad estimado de 13 de los mayores operadores de centros de datos se duplicó con creces entre 2018 y 2022, siendo Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta (los que) encabezaron ese consumo”, revela António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
El consumo de electricidad para encender los centros de datos no se detendrá: “En todo el mundo, la electricidad que consumen los centros de datos ascendió a unos 460 TWh en 2022, cifra que podría duplicarse con creces hasta alcanzar los mil TWh en 2026”.
Al 3 de octubre de 2024, las acciones (en color azul) de Alphabet cerraron en 165.90 dólares, las títulos (en verde) de Microsoft concluyeron en 416.610 dólares y los papeles (en naranja) de Amazon finalizaron en 182.130, según la pizarra de cotizaciones de ActivTrader, plataforma exclusiva de ActivTrades.
“A modo de comparación, el consumo total de electricidad de Francia fue de unos 459 TWh en 2022”, explica el representante del organismo multinacional.
En algunos países, la creciente actividad de los centros de datos ha puesto a prueba la red eléctrica local, según el representante de la ONU.
Agrega que, en Irlanda, el consumo de electricidad de los centros de datos se cuadruplicó con creces entre 2015 y 2022, al 18 por ciento del consumo total de electricidad del país en ese último año. Las proyecciones indican que esta cifra podría llegar al 28 por ciento en 2031.
En Singapur, donde los centros de datos sumaron alrededor del 7 por ciento de la demanda total de electricidad en 2020. Ahí el gobierno de Singapur impuso una moratoria al establecimiento de nuevos centros, que luego sustituyó por condiciones más estrictas sobre su utilización de la electricidad, el agua y el suelo.
“Las tecnologías digitales tienen una importante huella de agua que constituye una parte sustancial de su impacto ambiental global”, expresa.
“La digitalización sigue avanzando a una velocidad vertiginosa, transformando nuestras vidas y medios de subsistencia. Al mismo tiempo, la digitalización no regulada amenaza con dejar atrás a muchos y agravar los problemas ambientales y climáticos”, añade António Guterres.
Un reporte de Julius Baer dice que a medida que los centros de datos de Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta continúan en auge, se espera que su consumo de energía se duplique con creces de 2024 a 2030, superando el de Alemania o Francia para 2026.
“El modelo de demanda de energía de los centros de datos plantea la cuestión de si el mundo se dirige hacia una crisis energética”, cuestiona la compañía.
Hoy el tema sigue en una etapa temprana y está envuelto entre la incertidumbre y todos los posibles caminos: “El consumo actual de energía en los centros de datos es poco comprendido, pero el auge de la inteligencia artificial tendrá que monetizarse, lo que determinará su alcance.
La eficiencia energética podría experimentar un cambio significativo a medida que los servidores, los sistemas de enfriamiento y las redes eléctricas se integren como tecnologías.
Refiere que los centros de datos forman parte de la amplia tendencia de electrificación. La demanda de energía en el mundo occidental parece estar en un punto de inflexión y debería entrar en una fase de crecimiento hacia 2030.
El cambio hacia olas de calor, el aumento del uso de aire acondicionado y el avance de la movilidad eléctrica probablemente tendrán un impacto más significativo. La inteligencia artificial se suma a la narrativa en curso de la transición energética.
La capacidad del mercado eléctrico para hacer frente a la demanda adicional de los centros de datos de Amazon, Alphabet, Microsoft y Meta no depende del suministro general, sino de la máxima capacidad de generación.
“La inversión en energía limpia y plantas de energía es fuerte en general y hay margen para absorber la demanda en crecimiento. Dicho esto, es probable que surjan restricciones en la red y se produzcan tensiones ocasionales en el suministro eléctrico hacia 2030”, concluye.
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