Washington / Teherán / Singapur. Estados Unidos participó activamente durante el fin de semana en el conflicto entre Israel e Irán, utilizando armamento especializado y bombas antibunker para atacar objetivos militares y, especialmente, instalaciones nucleares iraníes. A pesar de la gravedad del hecho, los mercados internacionales han reaccionado con una calma inusual.
En condiciones normales, una operación de esta magnitud habría detonado señales de “riesgo extremo” en los mercados: caídas bursátiles, rotación hacia bonos, subida brusca del petróleo y fortalecimiento del dólar. Pero esta vez, la historia fue distinta.
¿Qué está pasando con el dólar?
El dólar, que solía fortalecerse automáticamente en tiempos de crisis, sigue mostrando debilidad frente a las principales divisas del G10, incluso tras la acción militar. Esta pérdida de fuerza estructural indica que el billete verde ha dejado de ser el refugio automático para los inversionistas globales.
Los futuros estadounidenses retrocedieron levemente durante la sesión asiática, pero los mercados bursátiles en Asia-Pacífico mostraron estabilidad sorprendente. Excepto por una caída del 1% en Taiwán, las bolsas de Shanghái, Hong Kong, Kuala Lumpur, Tokio y Sídney operaron con leves variaciones o incluso ganancias.
La montaña rusa del petróleo
El precio del Brent para entrega en agosto llegó a subir brevemente a 80,32 dólares por barril, pero luego retrocedió por debajo de los 78. Lo mismo ocurrió con el WTI, que tocó los 78,40 dólares antes de volver a niveles inferiores a 75. Esta respuesta parece demasiado contenida para lo que implicaría una escalada bélica en el Golfo Pérsico.
Muchos especuladores que apostaron por un alza drástica del petróleo se vieron sorprendidos por la tibia reacción del mercado. Pero lo que no ha ocurrido, aún puede pasar.
Ormuz en el punto de mira
El parlamento iraní ha aprobado una moción para bloquear el estrecho de Ormuz, paso crucial entre el Golfo Pérsico y el de Omán, por donde transita una porción clave del petróleo y el gas natural licuado (GNL) global. De concretarse, los precios del crudo podrían superar fácilmente los 100 dólares por barril, mientras que las tasas de flete ya están subiendo.
La posibilidad de una confrontación directa para mantener abierta esta vía estratégica —donde Estados Unidos podría intervenir militarmente— añade una nueva capa de tensión. También crece el riesgo de interrupciones en el suministro y posibles ataques a petroleros.
La actual tranquilidad de los mercados podría ser solo la antesala de una tormenta energética.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
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