MADRID, 12 Jun. (EUROPA PRESS) –
El mercado petrolero mundial se encamina hacia una situación de exceso de la capacidad de oferta de crudo que para 2030 podría alcanzar niveles no vistos desde los confinamientos por la pandemia de Covid-19, lo que puede alterar la estrategia de control de precios de la OPEP+ y poner en dificultades a la industria estadounidense del esquisto por el desplome de los precios, según señala la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su último informe sobre perspectivas para el mercado del petróleo, la agencia con sede en París anticipa que el crecimiento de la demanda mundial de crudo se desacelere en los próximos años a medida que avancen las transiciones energéticas, mientras que, en contraste, la producción mundial aumentará, aliviando las tensiones del mercado e impulsando el exceso de capacidad “hacia niveles no vistos fuera de la crisis del Covid”.
De tal modo, si bien la fuerte demanda de las economías emergentes y en desarrollo de Asia, así como por parte de los sectores de aviación y petroquímicos, impulsará un mayor uso de petróleo en los próximos años, la AIE espera que dichos avances se verán cada vez más contrarrestados por factores como el aumento de las ventas de automóviles eléctricos, las mejoras en la eficiencia del combustible, el menor uso de petróleo para la generación de electricidad en Oriente Próximo y cambios económicos estructurales.
Como resultado, la agencia adscrita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica que la demanda mundial de petróleo, que incluidos los biocombustibles promedió poco más de 102 millones de barriles por día (mb/d) en 2023, “se estabilizará cerca de 106 millones de barriles por día hacia finales de esta década”, con una previsión de consumo mundial de 105,4 mb/d.
Paralelamente, la AIE proyecta un aumento en la capacidad mundial de producción de petróleo, liderado por los Estados Unidos y otros productores americanos, que superará el ritmo de crecimiento de la demanda hasta 2030.
De este modo, se espera que la capacidad de oferta total de crudo aumentará hasta los 113,8 mb/d para 2030, lo que supondría “la asombrosa cifra de 8 mb/d por encima de la demanda mundial proyectada”, según advierte la AIE en su informe.
“Esto daría como resultado niveles de capacidad excedente nunca vistos antes, excepto en el punto álgido de los confinamientos por la Covid-19 en 2020”, señala.
En este sentido, la agencia avisa de que tales niveles de capacidad sobrante podrían tener consecuencias significativas para los mercados petroleros, incluidas las economías productoras de la OPEP, pero también para la industria del esquisto de EE.UU.
“Un entorno de precios más bajos en última instancia desafiaría a la industria del esquisto estadounidense, tradicionalmente la que responde más rápidamente a las circunstancias cambiantes del mercado”, señala la AIE, para la que la forma en que la industria se adapte y ajuste al nuevo panorama de suministro tendrá consecuencias de amplio alcance para los productores y consumidores a nivel mundial durante el resto de la década y más allá.
“Las proyecciones de este informe, basadas en los últimos datos, muestran un importante excedente de oferta (…) lo que sugiere que las compañías petroleras tal vez quieran asegurarse de que sus estrategias y planes comerciales estén preparados para los cambios que se están produciendo”, ha apuntado durante la presentación del informe el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
Por otro lado, las proyecciones de la agencia sostienen que, a pesar de la desaceleración del crecimiento, la demanda mundial de petróleo será 3,2 millones de barriles por día más alta en 2030 que en 2023, a menos que se implementen políticas más estrictas o se consoliden cambios de comportamiento y hábitos.
A este respecto, el informe apunta que este aumento del consumo será impulsado por las economías emergentes de Asia, especialmente por el mayor uso de petróleo para el transporte en la India, y por un mayor uso de combustible para aviones y materias primas de la floreciente industria petroquímica, especialmente en China.
Por el contrario, se espera que la demanda de petróleo en las economías avanzadas continúe su descenso de las últimas décadas, cayendo desde unos 46 millones de barriles por día en 2023 a menos de 43 millones de barriles por día en 2030.
“Aparte de la pandemia, la última vez que la demanda de petróleo de las economías avanzadas era tan baja fue en 1991”, destaca la agencia internacional.