Durante su participación en la Cumbre Minera de PERUMIN 37, realizada en la ciudad de Arequipa, Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), ofreció un mensaje de advertencia con tono técnico pero fondo político: si los próximos gobiernos ceden a la presión por intervenir en la política monetaria, el costo no lo asumirá el Ejecutivo actual, sino la siguiente administración, que heredará una economía desacreditada y con inflación desbordada.
“Los beneficios en el corto plazo los capitaliza el gobierno de turno, pero la inflación que se genera después la hereda el próximo presidente, que termina cargando con el desprestigio”, sostuvo Velarde ante un auditorio que incluyó empresarios, inversionistas y autoridades de gobierno.
La afirmación de Velarde, aunque enmarcada en un análisis general de economías latinoamericanas, también sugiere un mensaje interno: el riesgo de usar la política monetaria con fines populistas está latente en el Perú, y su impacto podría ser devastador si se pierde la independencia institucional del BCRP.
Defensa firme de la independencia del Banco Central
Velarde fue enfático al señalar que la independencia del Banco Central no es un lujo, sino una necesidad estructural para cualquier país que pretenda mantener la estabilidad de su economía. Recordó que América Latina ha avanzado en las últimas décadas en blindar a sus bancos centrales frente a presiones políticas, pero también alertó que hay riesgos de retroceso.
“La independencia busca evitar esa tentación política. Se trata de pensar en la estabilidad de precios y el bienestar de largo plazo, no en beneficios de coyuntura”, indicó.
En tiempos donde discursos populistas resurgen con fuerza en varios países de la región, el presidente del BCRP hizo un llamado a no repetir errores históricos que llevaron a hiperinflaciones, controles de precios y devaluaciones desordenadas.
Una economía global más compleja
Más allá del mensaje interno, Velarde también ofreció una radiografía de la economía internacional. Destacó que, pese a los temores de recesión que marcaron 2024, la economía de Estados Unidos ha mostrado una sorprendente resiliencia, lo que ha permitido revisar al alza las proyecciones de crecimiento.
No obstante, advirtió que el entorno sigue siendo riesgoso y frágil, con factores como:
- Tensiones geopolíticas crecientes (Ucrania, Medio Oriente, Asia)
- Desequilibrios fiscales estructurales en países desarrollados
- Políticas monetarias más restrictivas para contener la inflación global
En ese sentido, el presidente del BCRP señaló que el mundo se está moviendo hacia un entorno donde las tasas de interés de equilibrio serán más altas y el costo de financiamiento se mantendrá elevado en los próximos años.
Consecuencias para Perú: más presión, menos margen
Para el Perú, esta realidad significa menos espacio para políticas expansivas irresponsables. Si los inversionistas perciben un debilitamiento de la institucionalidad monetaria, la prima de riesgo del país subiría y los créditos serían más caros, afectando tanto al sector privado como al público.
Velarde recordó que Perú ha mantenido una de las inflaciones más bajas de la región en los últimos 20 años, y que esa reputación no puede ponerse en juego por decisiones de corto plazo.
“Tendremos tasas de interés de equilibrio más altas y un costo de capital mayor en los próximos años. Eso exige prudencia”, subrayó, dejando entrever que cualquier nueva administración deberá manejar la economía con austeridad técnica y sin interferencias políticas en el BCRP.
Populismo monetario: una tentación costosa
El mensaje de Velarde es claro y oportuno: la estabilidad económica no se negocia. En medio de un escenario político volátil y con una carrera electoral que se acercará en 2026, el peligro de caer en medidas populistas para ganar votos está sobre la mesa.
Reducir tasas de interés artificialmente, expandir el gasto sin respaldo fiscal o manipular los instrumentos del BCRP para financiar proyectos son caminos que, aunque puedan generar simpatía en el corto plazo, conducen al descrédito macroeconómico y perjudican al país a mediano plazo.
Velarde como símbolo de institucionalidad
La figura de Julio Velarde, al frente del BCRP desde 2006, se ha consolidado como uno de los pilares más estables del Estado peruano. Su permanencia durante gobiernos de distintos signos políticos ha sido vista como una garantía de continuidad institucional y técnica en medio de una alta rotación ministerial y crisis recurrentes en otros sectores del aparato estatal.
Su participación en PERUMIN 37 no solo reafirmó su compromiso con la estabilidad monetaria, sino también envió un mensaje al sector empresarial: el BCRP sigue siendo un bastión confiable frente a cualquier eventual intento de captura política.