Juan Miguel Villa, economista colombiano y expresidente de Colpensiones, conversó con CARETAS acerca del panorama del sistema pensionario peruano y las aristas que deben contemplarse de cara a eventuales reformas.
El especialista explicó que tanto en Colombia como el Perú conviven el sistema de fondos privados de pensiones (AFP), que se introdujeron en Latinoamérica en la década de los 90, y los sistemas de pensiones públicos. En principio, sostiene, esto fue positivo, ya que daba opciones para que los usuarios eligieran a qué régimen querían afiliarse. Sin embargo, la poca educación financiera de la población la llevó a no estar lo suficientemente preparada para escoger entre el sistema de capitalización individual y el sistema público, pese a que esta decisión es irreversible.
El principal problema de las pensiones es que están sean suficientes, es decir, que dé beneficios por encima del salario mínimo o de la línea de pobreza y que sean adecuadas, es decir, que permitan a los usuarios mantener su estilo de vida y nivel socio económico.
Por ejemplo, Villa explicó que, en Chile, las pensiones que dan las AFP están por debajo de la línea de pobreza y el 80% están por debajo del salario mínimo, hechos que generan descontentos ante el sistema de pensiones. Es por ello que los gobiernos responden garantizando un “piso solidario”, que en nuestro país es de S/ 600 mensuales.
“Siempre se cree que el envejecimiento poblacional o el aumento de la expectativa de vida afecta el sistema público, pero también afecta al sistema de las AFP porque aumenta el periodo de tiempo en el que tengo que financiar una pensión y eso disminuye los beneficios”, sostuvo.
El expresidente de Colpensiones consideró que es necesario que el Estado brinde ayudas a las personas que no tuvieron un trabajo formal y que, al llegar a la vejez, no pudieron acumular aportes que garanticen una pensión. Así, programas como Pensión 65 en Perú o Colombia Mayor en el país del norte, surgen para dar protección a los adultos mayores que no tuvieron trabajos dentro de la formalidad.
Consultado sobre la reforma de pensión por consumo que incorporó el Congreso tendrá mayor impacto entre quienes puedan acceder regularmente a un consumo formal, sin embargo, resaltó que esta medida podrá motivar a que los peruanos pidan facturas a la hora de consumir, lo que ayudará a formalizar el comercio.
“Probablemente no va a ser un mejoramiento significativo de las pensiones, pero sí va a aportar, con los rendimientos, en el momento de retiro puede representar una proporción importante de la pensión”, amplió.
Finalmente, sostuvo que el sistema de pensiones debe promover el trabajo formal, tener una buena fiscalización y que las tasas de recaudo deben ser amigables con la creación del trabajo formal. Además, consideró que la distribución de ingresos en la vejez debe ser sostenible para que no se convierta en una amenaza a la estabilidad de la macroeconomía, como ocurrió en Grecia en la década pasada.
“Cualquier reforma debe ser enmarcada por estos principios, pero principalmente promover un mejor funcionamiento del mercado laboral y el empleo formal”, aseveró.