MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) –
La inflación y la recesión económica suponen los dos principales riesgos globales de índole económica en el corto plazo, según el informe anual elaborado por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) en colaboración con Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, publicado este miércoles.
El estudio, que recoge las opiniones de más de 1.400 expertos en riesgos globales y responsables políticos, encuestados en septiembre de 2023, evidencia una visión predominantemente negativa del mundo a corto plazo, que se prevé que empeore con el tiempo.
De tal manera, el 30% de los expertos mundiales considera que, en los próximos dos años, la probabilidad de que se produzcan catástrofes globales será mayor, y cerca de dos tercios esperan que esto ocurra a lo largo de la próxima década.
En la edición de 2024, los principales riesgos globales a corto plazo identificados son de carácter tecnológico, en el caso de la desinformación; ambientales, como fenómenos climáticos extremos; y sociales, en el caso de la polarización social.
A su vez, en cuarto lugar se sitúa la inseguridad cibernética, por delante del riesgo de un conflicto armado y de la falta de oportunidades económicas.
De este modo, las mayores amenazas de índole económica señaladas en el informe ocupan el séptimo lugar en el caso de la inflación y el noveno en el de la recesión económica, mientras que un riesgo social como la migración involuntaria figura en octavo lugar y la contaminación en décima posición.
“Los próximos años estarán marcados por la persistente incertidumbre económica y las crecientes brechas económicas y tecnológicas”, apuntan los autores, advirtiendo de que, a más largo plazo, podrían surgir barreras relativas a la movilidad económica que dejarían fuera de las oportunidades a extensos segmentos de la población.
Asimismo, en el largo plazo los países propensos a conflictos o vulnerables al clima podrían verse cada vez más desprovistos de inversiones, tecnologías y la consiguiente creación de empleo, por lo que, a falta de vías de acceso a medios de subsistencia seguros y con garantías, las personas podrían ser más propensas a caer en la delincuencia, la militarización o la radicalización.
“Los avances de la inteligencia artificial alterarán radicalmente las perspectivas de riesgo de las organizaciones, ya que muchas de ellas tendrán dificultades para reaccionar ante las amenazas derivadas de la información errónea, la desintermediación y los errores de cálculo estratégicos”, ha advertido Carolina Klint, directora comercial en Europa de Marsh McLennan, añadiendo que las empresas tendrán que negociar cadenas de suministro cada vez más complejas debido a la geopolítica y al cambio climático.
“Los riesgos conocidos se están intensificando y otros nuevos están surgiendo, aunque también brindan oportunidades”, ha afirmado John Scott, responsable de Riesgo de Sostenibilidad en Zurich Insurance Group, para quien las acciones individuales de la ciudadanía, las empresas y los países podrían ser decisivas para reducir los riesgos globales y contribuir a la creación de un mundo más próspero y seguro.