Por Ion Jauregui, analista de ActivTrades.
Electronic Arts (EA), el histórico desarrollador detrás de franquicias como EA Sports FC y Battlefield, podría estar a las puertas de una jugada inesperada: salir de la Bolsa de Nueva York en una operación estimada en 50.000 millones de dólares.
Los potenciales compradores no son ajenos a las grandes adquisiciones: el fondo soberano saudí PIF, la firma de inversión Affinity Partners de Jared Kushner y Silver Lake figuran entre los nombres en la mesa. Si se concreta, sería la mayor compra apalancada (LBO) de la historia, superando con creces los precedentes en tecnología y entretenimiento.
Fundada en 1982 en California, Electronic Arts se convirtió en una de las compañías pioneras del software de entretenimiento. Con estudios en Norteamérica, Europa y Asia, hoy distribuye juegos en más de 75 países y cuenta con sagas que se han vuelto fenómenos culturales como The Sims, Need for Speed, Madden NFL, Mass Effect y Apex Legends. Sus títulos deportivos, especialmente bajo el sello EA Sports, han creado comunidades globales que trascienden la consola, convirtiéndose en auténticos ecosistemas digitales de competencia y consumo.
La noticia agitó tanto a los mercados como a la comunidad gamer. En los últimos años, EA ha diversificado con éxito su portafolio, combinando títulos deportivos con sagas de acción, lo que le asegura ingresos recurrentes por microtransacciones y un lugar privilegiado en el imaginario de millones de jugadores en todo el mundo.
Rally en Bolsa y rumores
En medio de las versiones sobre su salida del mercado público, las acciones de EA se dispararon el viernes hasta un récord de 193,35 dólares, tras marcar un máximo histórico de 197,33 dólares. Se trata de una ruptura del rango en el que había permanecido en el último año (164 a 180 dólares), un movimiento que desató compras masivas pese a que el RSI ya marca condiciones de sobrecompra.
Más allá del hype
El interés de grandes inversores refleja el atractivo de una industria que ya supera en ingresos a la música y al cine juntos. Pero la operación también plantea interrogantes: el peso de la deuda en un LBO de estas dimensiones, el futuro de EA bajo propiedad privada y la revisión regulatoria de la SEC, que deberá evaluar el impacto competitivo de retirar de Wall Street a un actor histórico.
¿El mayor “respawn” corporativo?
Con el inminente lanzamiento de Battlefield 6 y el empuje de sus franquicias deportivas, Electronic Arts atraviesa un momento dulce. Pero si la operación se concreta, no solo cambiará la historia de la compañía: marcará un punto de inflexión en la relación entre Wall Street y la industria del videojuego, con la mayor privatización corporativa de las últimas décadas.