El gigante estadounidense de alimentos General Mills, dueño de marcas globales como Häagen-Dazs, se prepara para publicar este miércoles sus resultados del primer trimestre del ejercicio fiscal 2026. El mercado espera cifras que confirmen la tendencia a la baja vista en el último año: ventas estancadas y utilidades comprimidas.
Con sede en Minneapolis, General Mills opera en cuatro grandes segmentos —retail en EE.UU., abarrotes, servicios de alimentación e internacional— y presume de un portafolio de 50 marcas que abarcan desde cereales hasta comida para mascotas, pasando por pizza, pasta y yogures. Sin embargo, la diversidad no alcanzó para evitar la caída.
Un 2025 flojo
En el ejercicio fiscal 2025, los ingresos sumaron 19.487 millones de dólares, un 2% menos que en 2024. El beneficio operativo retrocedió de 3.432 a 3.305 millones, el EBIT bajó a 2.835 millones y la utilidad neta atribuible cayó a 2.295 millones, lo que supone un descenso del 8%. El beneficio por acción (EPS) se redujo de 4,31 a 4,10 dólares.
La propia compañía anticipa que el crecimiento orgánico de ventas para 2026 se moverá entre -1% y +1%, y que tanto el resultado operativo ajustado como el EPS ajustado caerán entre 10% y 15%.
Un título debilitado
La acción de General Mills (símbolo: GIS) cotiza en el S&P 500. El viernes 12 de septiembre cerró en 49,92 dólares, tras caer 1,36%, con una capitalización de mercado de 26.690 millones. El valor acumula meses de debilidad y se mueve lejos de su máximo anual de marzo (67,33 dólares).
Desde un mínimo en febrero (55,15) hasta aquel máximo de marzo, el papel trazó una senda que hoy sirve de referencia para los analistas técnicos. Según la lectura de Fibonacci, la acción podría encontrar resistencias entre 55 y 62 dólares, y apoyos en los 47,62 e incluso los 42,97. El RSI ronda los 50 puntos, señal de neutralidad, aunque el sesgo reciente es más bajista que alcista.
¿Un giro posible?
El atractivo de General Mills sigue siendo su portafolio global, con Häagen-Dazs como estandarte internacional y con un negocio diversificado en categorías esenciales de consumo. Sin embargo, la presión por costos, la competencia feroz y el cambio en los hábitos de compra pesan sobre las perspectivas.
De confirmarse las previsiones, la compañía enfrentará un ajuste de beneficios en dos dígitos este año fiscal. Para los inversionistas, el interrogante es si este retroceso es solo coyuntural o el síntoma de un estancamiento más profundo en uno de los titanes de la alimentación estadounidense.
Dirk Friczewsky, analista de ActivTrades.