Durante casi dos décadas, Japón ha mantenido tasas ultrabajas —e incluso negativas— que convirtieron al yen en la moneda favorita para financiar inversiones baratas. Mientras el resto del mundo subía tasas, Japón siguió siendo el gran “banco de bajo costo” del sistema financiero global.
Esa situación dio origen a uno de los fenómenos más poderosos y silenciosos de los mercados internacionales: el carry trade, una estrategia que consiste en pedir prestado en yenes —con tasas casi cero— y colocar ese dinero en activos denominados en monedas con tasas mucho más altas, como el dólar estadounidense.
Y durante años funcionó a la perfección.
El auge del carry trade: tasas altas en EE.UU., tasas mínimas en Japón
Para entender por qué esta estrategia movió miles de millones, basta mirar la diferencia:
- Tasa en Japón: 0,50%
- Tasa en EE.UU.: 3,75%–4,00%
En su punto máximo, la diferencia superó los 5 puntos porcentuales.
Un paraíso para fondos de inversión, hedge funds y bancos centrales que usaban el yen como combustible financiero.
No solo ganaban por la diferencia de tasas:
el tipo de cambio trabajaba a su favor. El dólar subió de 115 a 162 yenes, generando ganancias adicionales.
Fue una máquina perfecta… hasta ahora.
¿Qué cambió? Un doble movimiento: la Fed baja, Japón sube
Hoy ambos bancos centrales se mueven en direcciones opuestas:
- La Fed se prepara para recortar tasas, con una probabilidad cercana al 89%.
- La Bank of Japan (BoJ) podría subirlas de 0,50% a 0,75%.
Es apenas medio punto de diferencia, pero en el mundo del carry trade eso es un terremoto.
Cuando la zona de alto rendimiento paga menos y la zona de bajo rendimiento paga más, la estrategia deja de ser tan atractiva. El incentivo se reduce.
Y cuando un carry trade deja de ser atractivo, se empieza a desarmar.
Qué significa “desarmarse”: el dinero vuelve a Japón
Si los inversionistas comienzan a cerrar posiciones:
- Venden activos en Estados Unidos, incluidos muchos tecnológicos.
- Recompran yenes para devolver los préstamos.
- El dólar cae frente al yen.
En ese escenario, USD/JPY podría caer por debajo de 150, incluso hacia 145.
Y cada retroceso en el tipo de cambio acelera la salida de capitales, creando un efecto dominó.
¿Qué implica para los mercados?
El riesgo clave es este:
- Parte del enorme rally de las acciones tecnológicas —incluyendo la impulsada por la IA— ha sido financiada indirectamente por capital barato proveniente de Japón.
- Si ese flujo se revierte, puede enfriarse el mercado estadounidense y forzar una corrección importante.
La pregunta ya circula en Wall Street:
¿Estamos ante el principio del fin del carry trade más grande del planeta?
La respuesta dependerá del ritmo de la Fed y de cuán agresiva sea la BoJ en su normalización monetaria.
Pero por primera vez en muchos años, el yen podría volver a ser protagonista… y no necesariamente para bien del mercado estadounidense.
Dirk Friczewsky – analista de ActivTrades.
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