A pesar del avance de las energías renovables en Alemania, el gobierno de Olaf Scholz —con la ministra de Economía Katharina Reiche al frente— ha puesto sobre la mesa una decisión estratégica que va más allá del debate estacional: construir nuevas centrales térmicas a gas como respaldo energético para la economía más grande de Europa. No se trata de una marcha atrás en la transición energética, sino de garantizar seguridad de suministro, proteger empleos y preservar la competitividad industrial en tiempos de transformación digital.
La creciente demanda eléctrica impulsada por los centros de datos, la inteligencia artificial y el ecosistema cripto no da tregua. En este contexto, depender exclusivamente de fuentes renovables resulta arriesgado. De hecho, el primer trimestre de 2025 reveló una advertencia clara: las renovables representaron solo el 49,5% de la generación eléctrica, frente al 58,5% del mismo periodo en 2024, debido a condiciones climáticas desfavorables, como la caída de los vientos. En paralelo, las importaciones de electricidad aumentaron 14,9% interanual, alcanzando los 19,3 mil millones de kWh, mientras que las exportaciones retrocedieron un 3%. El saldo es evidente: Alemania importa más energía de la que exporta.
¿Regreso al pasado?
No exactamente. A pesar de que el 59,4% de la electricidad en 2024 provino de renovables, el país mantiene un alto componente de energía convencional. La matriz energética se compone de:
Renovables:
Eólica: 31,5%
Solar: 13,8%
Biogás: 6,5%
Hidroeléctrica: 4,7%
Otras: 2,9%
Convencional:
Carbón: 22,5%
Gas natural: 14,9%
Otras: 3,2%
El objetivo: sustituir progresivamente el carbón por gas, lo que no solo reduciría emisiones de CO₂, sino que modernizaría la infraestructura energética alemana, garantizando flexibilidad ante la variabilidad de las fuentes verdes.
Frankfurt, capital energética de los datos
Alemania es el segundo país del mundo con mayor número de centros de datos, después de EE.UU. La región de Frankfurt lidera este segmento en Europa. En un escenario donde el crecimiento exponencial del consumo eléctrico por parte de la inteligencia artificial, las criptomonedas y la electrificación de la calefacción doméstica será la norma, asegurar energía continua es tan vital como contar con conectividad.
Perspectivas de mercado
En este escenario, las empresas energéticas alemanas con fuerte exposición al sector eléctrico se perfilan como inversiones atractivas en los mercados bursátiles. Su papel en la construcción de nueva capacidad instalada, sumado a su rol en la seguridad energética nacional, las coloca en una posición estratégica frente a los desafíos de la próxima década.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
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