Dirk Friczewsky, analista de ActivTrades.
El mes de octubre comenzó con un nuevo cierre parcial del gobierno estadounidense. Republicanos y demócratas no lograron llegar a un acuerdo, ni siquiera sobre una medida de financiamiento temporal.
Publicaciones de datos en pausa
La consecuencia inmediata es que varias estadísticas clave dejarán de publicarse: los informes de empleo del Bureau of Labor Statistics (BLS), los índices de precios al consumidor, los datos semanales de solicitudes de subsidio por desempleo y también las cifras de ventas minoristas y permisos de construcción del Census Bureau.
Algunas publicaciones se mantendrán, como el informe de empleo privado de ADP o ciertos reportes de la Reserva Federal, pero la ausencia de datos oficiales coloca al banco central en una situación delicada: su estrategia “dependiente de los datos” se ve limitada por la falta de información.
El antecedente más cercano es el shutdown de 2018 bajo Donald Trump, que se prolongó 35 días y dejó a los mercados navegando sin brújula.
Fed: recortes de tasas casi descontados
Paradójicamente, el cierre del gobierno no altera —y hasta podría reforzar— la expectativa de nuevos recortes de tasas de interés.
El mercado de futuros asigna una probabilidad del 95% a un recorte en la reunión del 29 de octubre, que llevaría la tasa de referencia del rango actual de 4,00%–4,25% al de 3,75%–4,00%.
Para la reunión del 10 de diciembre, la probabilidad de un segundo recorte supera el 76%, lo que situaría la tasa en 3,50%–3,75%.
Reacción de los mercados
El martes, los principales índices de Wall Street cerraron en terreno positivo y aún cerca de máximos históricos. Sin embargo, en la madrugada del miércoles los futuros ya mostraban caídas: el Dow Jones Mini retrocedía 222 puntos, el Nasdaq Mini 151 puntos y el S&P 500 Mini alrededor de 36 puntos.
En Asia-Pacífico, la reacción fue más contenida: solo el Nikkei 225 en Tokio y el S&P/ASX 200 en Sídney registraron descensos moderados, mientras otros mercados se mantenían estables.
El nuevo shutdown confirma la fragilidad política de Washington y añade incertidumbre a la coyuntura global. La Fed deberá tomar decisiones cruciales con menos visibilidad de la habitual, justo cuando el ciclo de recortes de tasas parece irreversible.