La propuesta sería escandalosa para los defensores del derecho europeo a la privacidad. En Estados Unidos, en cambio, solo ha generado algunas objeciones éticas y legales. Pero el impulso político está en marcha: la administración Trump ha lanzado una iniciativa para permitir que millones de ciudadanos compartan sus datos de salud con empresas tecnológicas privadas como Apple, Google (Alphabet) y Amazon.
El llamado “Health Tracking System” —una suerte de “upgrade tecnológico” del sistema sanitario, según el expresidente— ya cuenta con el respaldo de más de 60 corporaciones, incluidas gigantes del sector como UnitedHealth Group y CVS Health. El objetivo: facilitar el monitoreo y tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes o la obesidad, mediante aplicaciones móviles y herramientas de inteligencia artificial.
Los datos de salud: el nuevo oro
Como en otros sectores, la materia prima más codiciada son los datos. El plan prevé un amplio intercambio de información entre pacientes, prestadores de servicios médicos y corporaciones tecnológicas, incluyendo detalles sobre diagnósticos, tratamientos, evolución clínica y hábitos de vida.
El acceso simplificado a estos datos permitiría un seguimiento más preciso de cada caso médico, pero también abre interrogantes. ¿Qué pasa si se usan para ajustar o negar pólizas de seguro? ¿Hasta qué punto se puede proteger la confidencialidad en un sistema tan expuesto al interés privado?
Aun así, el impulso hacia la digitalización parece imparable. Para Trump, se trata de una reforma largamente postergada, que busca modernizar un sistema sanitario costoso y desigual.
El rebote bursátil del sector salud
La iniciativa también podría reavivar el interés del mercado por el sector salud estadounidense. Aunque tradicionalmente sólido, el índice XLV —que agrupa a las principales empresas del rubro— viene rezagado frente al S&P 500 en lo que va del año: mientras el índice general ha subido 8,18%, el XLV retrocede 2,46%.
Sin embargo, los analistas ven potencial de recuperación. El XLV representa cerca del 9% del S&P 500 y está compuesto por 60 compañías, entre ellas gigantes como Eli Lilly, Johnson & Johnson, AbbVie, Abbott Laboratories, Merck & Co., Thermo Fisher Scientific, Intuitive Surgical, Amgen y Boston Scientific.
Si la digitalización acelera resultados clínicos y operativos, la transformación tecnológica del “paciente transparente” podría traducirse también en mejores rendimientos para los inversionistas del sector.
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