El oro ha vuelto al centro del escenario financiero global. Tras un periodo de euforia que lo llevó a superar los 4 300 dólares por onza, el metal precioso experimentó una fuerte corrección que lo devolvió por debajo de los 4 000 dólares, afectado por la toma de ganancias y el repunte temporal del dólar. Sin embargo, el movimiento no altera el fondo de la tendencia: el oro se ha consolidado como el principal activo refugio en un mundo que avanza hacia la desdolarización.
El fenómeno no es nuevo, pero se ha acelerado en los últimos dos años. Los bancos centrales de economías emergentes —como China, India, Turquía y Brasil— han incrementado sus compras de oro a niveles récord. Solo en el primer semestre del año, las adquisiciones oficiales superaron las 450 toneladas, la mayor cifra desde que existen registros modernos.
El motivo es político y financiero a la vez. La militarización del dólar —a través del uso de sanciones económicas— ha llevado a varios países a buscar alternativas al sistema financiero dominado por Estados Unidos. El oro, a diferencia de los activos denominados en dólares, no depende de contrapartes financieras ni puede ser congelado. En ese sentido, se ha convertido en el instrumento simbólico y real de la independencia monetaria.
China, por ejemplo, ha reducido en más de un 15 % sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense en el último año y ha incrementado en la misma proporción sus reservas de oro, que hoy superan las 2 250 toneladas. Rusia, tras las sanciones occidentales de 2022, también aceleró la transición hacia activos físicos y acuerdos comerciales en yuanes. Incluso países de Medio Oriente —tradicionalmente dolarizados por la venta de petróleo— están ensayando operaciones bilaterales en monedas locales respaldadas en parte por oro.
Este reacomodo del sistema monetario global se refleja en los mercados. Las compras sostenidas de los bancos centrales mantienen una demanda estructural sólida, mientras los inversores privados aprovechan la volatilidad para realizar beneficios en el corto plazo. Técnicamente, el oro se mantiene en una fase de consolidación, con soporte clave en los 3 850 dólares y resistencia inmediata en 4 050.
Más allá de las oscilaciones, el mensaje es claro: el oro ha recuperado su rol histórico como activo de reserva universal. En un mundo donde la confianza en las monedas fiduciarias se erosiona y el dólar enfrenta cuestionamientos estructurales, el metal precioso se reafirma como el termómetro de la incertidumbre global y el refugio natural de los bancos centrales.
El día de la Fed
Hoy es uno de esos días en que los mercados podrían obtener mayor claridad sobre el rumbo de la política monetaria. La Reserva Federal anunciará su decisión de tasas a las 19:00 (hora de Roma), en un contexto marcado por el prolongado shutdown estadounidense, que ha distorsionado el flujo de datos macroeconómicos y generado incertidumbre sobre la fortaleza real de la economía.
Los últimos indicadores laborales datan de hace más de un mes, y el cierre parcial del gobierno ha tenido un costo estimado de 15 000 millones de dólares por semana. Tras cinco semanas, se calcula un impacto acumulado cercano a 75 000 millones, cifra que podría reflejarse en una caída del consumo privado.
Rally bursátil y expectativa
Los principales índices de Wall Street cerraron con ligeras ganancias en la víspera de la reunión de la Fed. El Dow Jones avanzó 0,34 % a 47 706 puntos, tras marcar un nuevo máximo histórico en 47 943. El S&P 500 subió 0,23 % y se mantiene cerca del récord de 6 911, mientras el Nasdaq repuntó 0,8 % hasta 23 827.
No hay señales inmediatas de corrección. El entusiasmo por la inteligencia artificial sigue impulsando al sector tecnológico, aunque los analistas advierten que las valoraciones actuales podrían forzar una toma de ganancias en las próximas semanas.
Mercado de divisas
El Dollar Index recuperó posiciones y se acerca a la zona de 99 puntos, en medio de la expectativa casi unánime de un recorte de tasas de 25 puntos básicos. La atención estará en las palabras del presidente Jerome Powell, que podrían anticipar otro ajuste en diciembre.
En paralelo, los inversores observan la inminente reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, en la que se espera la suspensión de los aranceles a los productos chinos y una revisión de las restricciones a las exportaciones de tierras raras.
El USD/JPY volvió a superar 152,30 tras el encuentro entre el secretario del Tesoro Scott Bessent y la ministra de Finanzas japonesa Satsuki Katayama, reunión interpretada como una advertencia de Washington ante una posible depreciación del yen. La libra esterlina, en cambio, retrocedió hasta 1,3230 ante señales de enfriamiento inflacionario en el Reino Unido.
Petróleo en retroceso
El crudo WTI cotiza cerca de 60 USD el barril, acumulando tres jornadas consecutivas de descensos. Las sanciones impuestas por Estados Unidos a las petroleras rusas Rosneft y Lukoil han alterado el flujo de comercio, llevando a las refinerías indias a suspender temporalmente sus pedidos de crudo ruso.
No obstante, persisten las dudas sobre la eficacia de estas sanciones para equilibrar la oferta, especialmente cuando la OPEP+ evalúa incrementar la producción en su próxima reunión. El equilibrio entre geopolítica, demanda y política monetaria determinará el pulso del mercado energético en las próximas semanas.
Saverio Berlinzani – analista de ActivTrades.
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