Por Ion Jauregui, analista de ActivTrades.
El oro sigue cerca de niveles récord, impulsado por el aumento de la aversión al riesgo tras el cierre del gobierno estadounidense y la expectativa de que la Reserva Federal implemente nuevos recortes de tasas en octubre.
El metal precioso cotiza en US$ 3,864.63 por onza, después de haber alcanzado un máximo histórico de US$ 3,895.33 en la sesión anterior. Los futuros de diciembre se sitúan en US$ 3,889.65, con un retroceso de 0,2%. La parálisis de gran parte de las operaciones federales en Washington también ha retrasado la publicación de datos clave, como el informe de empleo no agrícola. Esa “zona ciega” de información aumenta la incertidumbre y refuerza el atractivo del oro como activo refugio.
A ello se suma que los datos privados del mercado laboral mostraron una desaceleración, lo que fortalece las apuestas a un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de la Fed este mes. El CME FedWatch sitúa esa probabilidad en 97%. Sin embargo, la inflación sigue siendo un desafío: el índice PCE, la medida favorita de la Fed, permanece por encima del 2% objetivo, lo que podría limitar el alcance de futuros recortes.
Análisis técnico
El oro mantiene una clara tendencia alcista, consolidado sobre el rango US$ 3,632–3,790 y con un soporte en US$ 3,721.87, nivel donde pasa la media móvil de 50 periodos. La resistencia clave se ubica en el nivel psicológico de US$ 3,900: un cierre diario por encima abriría el camino hacia los US$ 3,950, y superar los US$ 4,000 marcaría un hito histórico, con potencial para atraer nuevas compras.
Los indicadores técnicos muestran un sesgo alcista. El RSI está en 81.42, señal de sobrecompra, mientras que el MACD también apunta a una tendencia positiva, aunque sin un incremento claro en el volumen de negociación. El ActivTrades US Market Pulse refleja un giro hacia un sesgo neutral en dirección de Risk-On, lo que sugiere que, si los inversionistas se vuelven más optimistas, podrían rotar capital hacia metales industriales como el cobre o el platino, que suelen beneficiarse de una mayor actividad económica.
Mientras el precio se mantenga por encima de US$ 3,780, la visión de mercado seguirá siendo de acumulación en caídas, favorecida por la incertidumbre política en EE.UU., un dólar más débil y expectativas de menores tasas.
Clave de mercado
El comportamiento del oro hoy refleja una combinación singular: tensión política en Washington y una transición hacia un ciclo monetario más laxo. La demanda de refugio convive con la expectativa de tasas más bajas. El resultado es un soporte estructural para el metal precioso.
Pero si los mercados globales giran hacia un escenario Risk-On, con mayor apetito por activos de riesgo, parte del capital podría migrar hacia opciones con mayor rendimiento, reduciendo temporalmente la demanda por oro. Para los inversionistas, el mensaje es claro: el oro sigue siendo un pilar estratégico en carteras diversificadas, aunque su desempeño futuro dependerá de si prevalece el miedo o el apetito por riesgo.
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