Con cada día que pasa, los mercados parecen entender menos cuál es la verdadera estrategia económica, política y geopolítica de Donald Trump y su nueva administración.
Por un lado, el expresidente mantiene su estilo firme y decidido en cada declaración. Sin embargo, no es fácil encontrar coherencia entre sus múltiples afirmaciones. Tampoco está claro cuántas de estas promesas se traducen en acciones concretas, especialmente cuando en el escenario aparecen figuras como Elon Musk y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quienes también intervienen con opiniones que no siempre están en sintonía con el líder republicano.
Musk ha liderado un fuerte recorte en el sector público a través de la Comisión de Eficiencia Administrativa (Doge), lo que ya está teniendo impacto en el empleo. Los recientes reportes de despidos (Challenger Layoffs) reflejan esta tendencia.
Trump, por su parte, impuso aranceles del 25% a México y Canadá, los postergó un mes, los reinstauró para el 4 de marzo y luego los suspendió parcialmente para los bienes y servicios incluidos en el tratado de libre comercio (USMCA). Esta maniobra apunta a negociar y obtener concesiones en la lucha contra la importación ilegal de drogas y la migración irregular. Con China, la estrategia parece un juego de gato y ratón, aunque el gigante asiático tiene herramientas para responder, como la devaluación del yuan.
En el ámbito internacional, Trump busca mediar entre Rusia y Ucrania, pero sin involucrar a Europa. Su reciente fracaso en la reunión con Zelensky evidencia su falta de convicción en este frente. En política económica, defiende la desregulación y reducción de impuestos, al tiempo que exige a la Reserva Federal recortar las tasas de interés, una postura contradictoria, ya que sus políticas pueden ser inflacionarias. La única excepción sería el recorte del gasto público, aunque esto podría derivar en una recesión.
La Fed avanza con cautela, aunque los últimos datos sugieren que un recorte de tasas podría llegar antes de lo previsto. En los mercados, esto ha generado un caos de movimientos: primero el dólar subió, luego cayó. Wall Street mantuvo sus niveles máximos pese a las amenazas arancelarias, pero luego retrocedió cuando los aranceles se aplicaron solo parcialmente.
Por otro lado, la perspectiva de un rearme europeo, con inversiones en defensa fuera de los límites presupuestarios, es vista como una oportunidad de reactivación económica. Esto impulsó al euro hasta 1.0887, desde 1.0380, en cuestión de sesiones. Sin embargo, el caos persiste. Es difícil prever qué sucederá o cuál es la verdadera intención de Trump, quien podría estar usando los aranceles como una herramienta para debilitar al dólar y reducir el déficit comercial, que crece a razón de 131 mil millones de dólares mensuales.
VOLATILIDAD EN WALL STREET
Las acciones estadounidenses vivieron una jornada volátil el viernes. Wall Street logró recuperarse tras pérdidas previas en un clima de incertidumbre marcado por la política comercial de Trump.
El S&P 500 subió un 0.6%, el Nasdaq avanzó un 0.7% y el Dow Jones recuperó 222 puntos. A pesar de que el presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró que no hay prisa por reducir tasas de interés, los mercados revirtieron las pérdidas. Sin embargo, la incertidumbre sigue latente, con datos económicos mixtos. El informe de empleo (Non-Farm Payrolls) mostró una creación de 151,000 empleos en febrero, por debajo de las expectativas, y la tasa de desempleo subió a 4.1%.
Trump ha otorgado exenciones temporales a Canadá y México en materia arancelaria, lo que ha generado más volatilidad. Broadcom subió un 8.4% tras buenos resultados, mientras que Costco cayó un 7% debido a menores ganancias. La semana cerró con la peor caída desde septiembre: el Dow y el S&P 500 bajaron más del 2%, y el Nasdaq perdió un 3%.
DIVISAS: EL EURO EN ASCENSO
El mercado cambiario sigue anclado a los movimientos del euro-dólar. La divisa europea tocó los 1.0887, pero retrocedió 50 pips el viernes en la noche sin romper soportes clave. La volatilidad persiste, aunque el impulso alcista sigue vigente.
En China, los precios al consumidor cayeron un 0.7% anual en febrero, superando las estimaciones de un -0.5%. Es la primera señal deflacionaria desde enero de 2024. Este dato podría dar un respiro al dólar, no solo frente al euro, sino también ante otras monedas.
MERCADO LABORAL Y SALARIOS
Estados Unidos sumó 151,000 empleos en febrero, por encima de los 125,000 de enero, aunque por debajo de los 160,000 esperados. Hubo alzas en salud, finanzas y transporte, pero recortes en el comercio minorista y el gobierno federal, donde los despidos de la Comisión Doge ya muestran impacto. También hubo poco cambio en los sectores de petróleo, gas y construcción.
Los salarios promedios aumentaron 10 centavos (+0.3%) a 35.93 dólares por hora en febrero, en línea con las expectativas. En el sector no supervisor, el alza fue de 9 centavos, alcanzando los 30.89 dólares. En el último año, los salarios han crecido un 4%, ligeramente por debajo del 4.1% proyectado.
CLAVES DE LA SEMANA
En los próximos días, el foco estará en la inflación y los precios al productor en EE.UU., así como en el índice de confianza del consumidor de Michigan. En el Reino Unido, los datos clave serán el PIB, la producción industrial y la balanza comercial. Alemania también publicará su balanza comercial e indicadores de producción.
Además, se espera la decisión del Banco de Canadá sobre tasas de interés y datos inflacionarios en economías emergentes como India, Brasil, Rusia y Polonia. En Australia, la atención estará en la confianza empresarial y del consumidor.
La incertidumbre sigue dominando los mercados, mientras Trump juega una partida incierta con los aranceles como su principal carta.
Saverio Berlinzani, ActivTrades.
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