Rafael Moya, gerente general de Aunor-Sociedad Concesionaria Autopista del Norte, parte del grupo de origen australiano Aleática- explica que además de recibir el encargo de administración de una vía de 356 kilómetros en el norte peruano, la compañía es consciente del aporte al flujo comercial, turístico y la conectividad que representa la carretera que está bajo su operación”.
Es por ello, que se encuentran impulsando importantes proyectos, como la Vía de Evitamiento de Chimbote que tiene el 70% de avance, y apuntan a que la obra, que incluye tres puentes (Cascajal, Santa y Lacramarca), concluya a fines de octubre, o incluso antes.
Se trata de una autopista de 40 kilómetros, con 10 ya terminados. Un pequeño tramo de esa parte inicial que es la conexión con la Panamericana, incluso, ya está en servicio.
Moya enfatiza que uno de los beneficios de este tipo de vías rápidas es devolverle la ciudad al peatón.
No hay tramos urbanos en la carretera. “Hay que dejar la ciudad para los ciudadanos. No puede haber vehículos pesados pasando por la ciudad, salvo que tengan algún destino dentro”.
En otros puntos del norte, como Huarmey, Virú y Casma, la compañía espera la entrega de los terrenos por parte del Estado para el inicio de la construcción de nuevos evitamientos. En el caso de los sectores de Chao y Virú, cualquiera que haya ido a los modernos enclaves agroexportadores sabe que perder más de una hora en un corto espacio conspira contra el desarrollo del país. Es estrellarse contra el tercer mundo para llegar de golpe al primero.
La experiencia de la red vial 4
La experiencia que cuenta Moya es gráfica: “la Red Vial Cuatro es un proyecto que se adjudica en el 2009”. Son en total 356 kilómetros de longitud en los tramos de Pativilca-Santa-Trujillo y Puerto Salaverry. “Los expedientes técnicos de los evitamientos terminaron en 2015. Estamos hablando de siete años de demora para la liberación de terrenos que ya estaban completamente ubicados. Llega un momento en el que no sabes lo que ocurre”. En medio de los cambios recurrentes de burocracia, sin embargo, reconoce que “el equipo que hay ahora está empujando. Hay cierta línea de continuidad”.
Calcula que desde el momento que se entreguen los terrenos cada evitamiento estará listo en entre dos y dos años y medio. En el caso de Chimbote, en el que los terrenos fueron entregados en febrero de 2021, “es una zona bastante complicada con muchas chacras, entonces estamos haciendo más de 300 interferencias de riego para no perjudicar a las personas”.
El proyecto ha sido calificado como uno de los diez a escala país capaces de reactivar la economía en la pospandemia. Va desde la mano de obra intensiva a nivel local hasta la posibilidad de reducir en dos horas el viaje de Lima a Trujillo, con el consecuente impacto en la industria del norte y la facilidad para trasladar sus productos, además de la evidente mejora en la calidad de vida de las personas.
Inversión en caminos más seguros
El trabajo de la concesionaria se acompaña con un ambicioso programa a cinco años de acciones para combatir la inseguridad vial, que fue iniciativa de la empresa, se trata del Programa de Reducción de Accidentes (PRA), “Nuestro objetivo es reducir el número de accidentes a cero”, anuncia. “La mayoría ocurren por el factor humano. Tenemos un programa de capacitaciones en colegios, centros de transporte y empresas de autobuses. Muchos camioneros se quedan por las noches en los peajes porque no hay áreas de descanso. Se sienten más seguros porque es un sitio de luz”.
Entre 2021 y 2023 se invirtió alrededor de S/.22 millones y este año serán otros S/.9 millones. “Hemos mejorado curvas, señalización, disminución de velocidad en puntos peligrosos, barreras de seguridad, resonadores laterales para que el chofer no se duerma”. Además de iluminación en todos los óvalos de la red vial. Esta proviene de generación solar, que refleja otro pilar de la empresa, que es el de la sostenibilidad, por la cual vienen impulsando la formalización de asociaciones de recicladores de las comunidades en su área de influencia.
Actualmente, más del 50% de los gerentes de Aleatica en Perú son mujeres. “Buscamos el perfil ideal y no estamos mirando si es hombre o mujer”, admite Moya, que se pregunta por qué el Perú no puede tener los mismos estándares carreteros, por ejemplo, de Milán. Ocurre que en muchos casos los tiempos cambian para bien. Pero el carro hay que empujarlo.