En 2024, la Población Económicamente Inactiva (PEI) en el Perú ascendió a 7,6 millones de personas, lo que equivale al 28,5% de la población en edad de trabajar, según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) analizada por el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima.
La cifra marca un incremento sostenido en comparación con los 6,3 millones de inactivos registrados en 2014 y los 5,5 millones de 2010. El punto de quiebre se produjo en 2020, en plena pandemia, cuando la inactividad trepó hasta los 8,8 millones de personas (35,3%), reflejando los efectos de la paralización de actividades y el freno en la búsqueda de empleo. Aunque posteriormente se recuperó parte del terreno, los niveles actuales aún se mantienen por encima de los observados antes de la crisis sanitaria.
Mujeres y jóvenes: el rostro de la inactividad
El estudio revela que la inactividad tiene rostro femenino. Desde 2010, las mujeres concentran cerca de dos tercios de la PEI y en 2024 llegaron a 5 millones, frente a 2,6 millones de hombres.
El fenómeno es principalmente urbano: 87,3% de los inactivos vive en ciudades, con Lima Metropolitana concentrando el 42,6%, seguida de La Libertad (6,6%), Piura (5,1%), Lambayeque (4,6%) y Arequipa (4,4%).
En cuanto a la edad, los jóvenes de 14 a 29 años han perdido peso relativo en la inactividad: de 54,6% en 2010 pasaron a 49,7% en 2024. En contraste, los adultos mayores de 60 años incrementaron su participación de 20,7% a 24,3%.
El factor educativo también resulta determinante: más de la mitad de los inactivos solo alcanzó la secundaria, aunque la presencia de personas con estudios superiores en esta condición aumentó de 21% a 25% en el periodo 2010–2024.
Aunque la mayoría de inactivos (71,4%) proviene de hogares no pobres, el impacto de la pandemia dejó huellas en los sectores más vulnerables: la inactividad en pobreza extrema se duplicó frente a los niveles previos a 2020, alcanzando las 398 mil personas.