Con la campaña navideña ya en marcha, las pymes entran en su temporada decisiva. Este año llega con un cambio clave: los negocios están más preparados y han adelantado compras, reforzado inventarios y afinado procesos para enfrentar un periodo donde cada minuto y cada producto cuentan. Así lo señala Carla Follegatti, Country Manager de Bsale en el Perú, quien conversó con este medio sobre los desafíos y oportunidades que trae diciembre para el comercio.
Follegatti destaca que el 50 % de los clientes de Bsale proyecta vender “muchísimo más” que el año pasado. Este optimismo no es casualidad: el consumo navideño ya no empieza en diciembre. “La campaña comenzó con los Cybers y continúa con el Black Friday. El consumidor compra para Navidad desde estas fechas”, explica.
La anticipación obliga a los negocios a estar listos más temprano: inventarios reforzados, sistemas actualizados y estrategias claras para sostener la demanda.
Los errores que aún frenan a los negocios
Aunque el comercio avanza, persisten fallas que pueden costar ventas. La principal: no tener un control real del inventario. “Un negocio debe responder rápido cuánto vendió, cuánto ganó, qué producto rota más y quién es su mejor cliente”, señala Follegatti.
Sin esa información, las decisiones se vuelven intuitivas y riesgosas: se repone mal, se compra lo que no funciona o se deja de potenciar el producto estrella.
Otro error frecuente es no revisar el desempeño de campañas anteriores. Entender qué se vendió mejor, qué falló o qué tendencia emergió permite ajustar la estrategia con menos riesgo.
La personalización también pesa. “Los negocios deben pasar de vender a asesorar”, sostiene. La atención uno a uno —en tienda, redes o WhatsApp— se vuelve determinante cuando todos buscan comprar rápido y sin fricciones.
Digitalizar no es opcional
El tránsito hacia la venta omnicanal ya es una obligación. Como refuerza la nota de prensa de Bsale, el 57 % de los minoristas prioriza gestionar su inventario en tiempo real, y un 56 % apuesta por herramientas que optimicen la operación.
Durante diciembre, la velocidad mata: filas largas, atención lenta y procesos manuales generan fuga de clientes. Por eso, las pymes están migrando a sistemas que agilizan la venta, evitan errores y mantienen trazabilidad de cada producto.
Follegatti lo resume así: “El tiempo que pierdes anotando en papel es tiempo que no vendes”. El futuro cercano, dice, prescinde del registro manual: todo será digital, integrado y accesible desde un solo lugar.
Inteligencia artificial: más cerca de lo que parece
Aunque todavía en adopción temprana, las herramientas basadas en IA ya ayudan en la planificación de las campañas, la organización de turnos y la proyección de la demanda. “Hay que tener mucha planificación, y estas herramientas ayudan a ordenar los picos y preparar mejor los equipos”, explica.
También facilitan romper el principal cuello de botella: la velocidad. Con IA y sistemas integrados, las pymes reducen filas, aceleran el cobro y evitan perder clientes por demoras.
Influencers y contenido propio: un impulso decisivo
La estrategia digital navideña también pasa por los creadores de contenido. Trabajar con microinfluencers puede ser más accesible y efectivo de lo que se piensa. “Hay que tocar la puerta. Son personas aterrizadas y con comunidades reales”, afirma Follegatti.
Pero también invita a no depender exclusivamente de ellos: la autenticidad del propio negocio puede ser igual de potente. “Tu primer video puede tener dos vistas, luego cinco, luego diez. Eso humaniza la marca. Te acerca”.
La clave es mostrar el beneficio del producto, el problema que resuelve y por qué importa. Sin sobreproducción, sin complejidad.