Por Ion Jauregui – Analista de ActivTrades.
El mercado petrolero se prepara para una nueva etapa de alta tensión. Con el crudo Brent estabilizado en torno a los 70 dólares por barril, la OPEP+ ha dado un paso decisivo: a partir de septiembre aumentará la producción en 547.000 barriles diarios, una medida que podría alterar de forma significativa el frágil equilibrio entre oferta y demanda global. La fecha clave es el 7 de septiembre, que podría convertirse en el próximo gran punto de inflexión para los precios.
Análisis fundamental
La decisión de la OPEP+ elimina lo que quedaba de su mayor recorte de producción, aplicado durante la pandemia. Pero además de aumentar la oferta, el cartel ha otorgado a Emiratos Árabes Unidos una cuota adicional equivalente al 2,4% de la demanda global, lo que introduce un nuevo equilibrio interno que podría tensar las relaciones dentro del grupo.
En paralelo, la presión diplomática crece. Estados Unidos mantiene su línea dura heredada de la administración Trump, instando a India y otros grandes consumidores a reducir su dependencia del petróleo ruso. Esta postura complica la estrategia de países que han aprovechado el crudo ruso con descuento y reabre el debate sobre las alianzas estratégicas en materia energética.
El entorno actual combina tres factores claves:
- Aumento de la oferta global
- Demanda sostenida
- Presión política sobre ciertos flujos comerciales
El resultado es un mercado más volátil y sensible a cualquier disrupción, tanto económica como diplomática.
Análisis técnico
Desde el punto de vista técnico, el Brent se mantiene en una estructura lateral bajista, con precios oscilando entre el soporte clave en 67,50 dólares y una resistencia firme en 79 dólares. El volumen de negociación ha disminuido en las últimas sesiones, señal de cautela por parte de los traders ante las decisiones venideras.
- Un quiebre al alza por encima de los 72,74 USD abriría el camino hacia la zona objetivo de 75–76 USD.
- En cambio, una caída por debajo de 67,50 USD activaría un escenario correctivo con proyección hacia 64–65 USD.
Tanto el RSI como el MACD muestran señales neutras, sin una tendencia clara, lo que refuerza la idea de consolidación a corto plazo.
¿Qué esperar?
Todo apunta a que el próximo gran movimiento dependerá de lo que ocurra en torno al 7 de septiembre, fecha en la que la OPEP+ podría ajustar aún más su estrategia o responder a presiones externas. La geopolítica vuelve a dictar los ritmos del petróleo.
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