Las cifras de mayo 2025 del Kraftfahrt-Bundesamt, la autoridad federal de transporte motorizado de Alemania, confirman una tendencia clara: la transición hacia la electromovilidad gana tracción. Durante el mes, se registraron 239.297 nuevos vehículos, un aumento del 1,2% respecto al mismo mes de 2024. El dato más revelador: casi el 18% de las nuevas matrículas (43.060 unidades) correspondieron a autos eléctricos puros, mientras que los vehículos a gasolina cayeron 24,1% (67.921 unidades) y los diésel descendieron 21,8% (35.106 unidades).
Los vehículos híbridos siguen siendo la opción dominante, con 92.171 nuevas matriculaciones. En menor medida se registraron unidades impulsadas por gas licuado y una cifra marginal de autos a hidrógeno. Como resultado de esta transformación, el promedio de emisiones de CO₂ por vehículo nuevo descendió 12,1%, ubicándose en 109 gramos por kilómetro.
China pisa fuerte y presiona a Tesla
La competencia por el liderazgo automotriz del futuro ya no es solo entre los gigantes tradicionales alemanes —BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen—. Los fabricantes chinos no solo han avanzado en el mercado asiático, sino que ahora conquistan al consumidor alemán, sobre todo gracias a estrategias de precios agresivas.
La marca BYD registró un crecimiento de 823,9% en mayo (frente al mismo mes del año anterior), con 4.648 unidades nuevas en lo que va del año. Otras marcas chinas también avanzan: Great Wall Motors (896 unidades), Lynk & Co. (212), MG Roewe (9.401), NIO (105) y XPeng (825, con un aumento de 1.450%).
Este avance afecta directamente a Tesla, que cayó un 36,2% en matriculaciones en mayo respecto a 2024. Solo 1.210 Tesla se registraron ese mes en Alemania, y 7.030 en el acumulado del año.
Dependencia estratégica: las tierras raras como moneda de poder
Más allá de las cifras de ventas, el verdadero campo de batalla se ubica en la cadena de suministro. La pandemia dejó claro que ningún fabricante puede prescindir de China, especialmente en lo que respecta a los minerales estratégicos. Las tierras raras, esenciales para componentes electrónicos de todo tipo de vehículos —tanto de combustión como eléctricos—, están mayoritariamente controladas por China, que explota reservas claves en Grönland y Ucrania.
En este contexto, el juego geopolítico entre China, EE.UU. y la Unión Europea coloca a la industria automotriz bajo presión. Sin acceso estable a estos insumos, los fabricantes occidentales enfrentan un desafío existencial en su intento por mantenerse competitivos en el mercado global de vehículos eléctricos.
Dirk Friczewsky, ActivTrades.
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