Santos FC, bajo el liderazgo de Neymar, sufrió este domingo una de las derrotas más devastadoras de su historia: un 6‑0 en casa frente a Vasco da Gama que resultó en la destitución inmediata del entrenador Cléber Xavier, apenas minutos después del pitazo final.
El desmoronamiento del equipo fue épico. Tras un primer tiempo ya adverso, Vasco anotó cinco goles en apenas 16 minutos del segundo tiempo, incluida una dupla letal de Philippe Coutinho, quien aprovechó su experiencia con Santos para anotar dos dianas.
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Al término del partido, Neymar no pudo contener sus emociones y abandonó el césped entre lágrimas. Entre sollozos, se declaró avergonzado: “Estoy avergonzado. Nunca viví algo así”, lamentó, admitiendo que “la actitud fue terrible” y reconociendo el derecho de los aficionados a protestar, siempre que lo hagan sin recurrir a la violencia.
La reacción fue inmediata. El cuerpo técnico fue destituido en menos de una hora, finalizando la breve etapa de Xavier, quien apenas llevaba unos meses como entrenador en jefe tras una larga trayectoria como asistente.
Este insólito resultado posiciona a Santos peligrosamente cerca del descenso, apenas dos puntos por encima de la zona roja tras 19 partidos disputados. La historia, el presente y el futuro inmediato del club están en jaque.
El respaldo más valioso
El golpe no solo fue deportivo, sino profundamente emocional para Neymar —quien se vio destrozado en el césped tras la derrota de 6‑0 ante Vasco da Gama—, pero lejos de quedar solo, encontró consuelo en el mensaje de su hijo de 13 años, Davi Lucca.
En redes sociales compartió unas palabras que resumieron fuerza y ternura: “Buenas noches, papá. Sé que hoy fue un día difícil para ti y para nosotros, pero quería que sepas que en estos momentos difíciles, y cuando nadie esté a tu lado, yo siempre voy a estar acá a tu lado para apoyarte”. Y añadió: “Eres más que un excelente padre, eres un ídolo, eres mi inspiración… levanta la cabeza y ve contra ellos como siempre hiciste… nunca olvides: ¡ERES INCREÍBLE! ¡VAMOS CONTRA ELLOS!”. Palabras que rescatan humanidad, resiliencia y un motivo para no renunciar.