El partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Sudamericana 2025 entre Independiente y Universidad de Chile, disputado el miércoles 20 de agosto en el estadio Libertadores de América en Avellaneda, terminó abruptamente cancelado tras desatarse una violencia extrema en las tribunas.
La situación empezó a descontrolarse al reiniciarse el segundo tiempo, cuando hinchas de la U de Chile comenzaron a lanzar objetos —desde butacas y botellas hasta elementos de mampostería— y detonaron una bomba de estruendo contra la hinchada local. En respuesta, algunos hinchas de Independiente ocuparon la tribuna visitante y atacaron brutalmente a los chilenos. La batalla campal derivó en golpes con palos, fierros y agresiones directas; se registraron desnudamientos forzados, saltos al vacío desde las tribunas y heridos graves entre los hinchas de ambos clubes, incluidos menores de edad.
LEE | ¡Golpe al ‘papá’! Cienciano pierde 0-2 con Bolívar y se despide de la Sudamericana
El árbitro uruguayo Gustavo Tejera suspendió el encuentro apenas iniciado el complemento debido a la gravedad de los hechos. Pese a un breve intento de retomar el juego, la falta de garantías de seguridad impuso la cancelación definitiva del partido por parte de la Conmebol.
El saldo fue devastador: alrededor de diez personas resultaron heridas y cerca de noventa fueron detenidas. Mientras los heridos recibían atención médica, videos e imágenes que circulaban en redes mostraban escenas impactantes, con hinchas cubiertos de sangre y algunos siendo agredidos hasta quedar inconscientes.
La Conmebol anunció que remitirá el caso a su Comité Disciplinario, evaluará sanciones para ambos clubes y exigirá responsabilidades legales por la deficiente seguridad