Cusco vibra con el fútbol inclusivo: historias de coraje que inspiran

En Cusco, siete equipos de futbolistas ciegos disputan el Segundo Campeonato Deportivo de Fútbol para Invidentes. Tres protagonistas —José “Gokú” Mallqui, Joseph Fernández y Manuel Quispe— demuestran que la discapacidad no es un límite cuando hay valentía, pasión y coraje.

por Edgar Mandujano

El sol del Cusco cae implacable sobre el complejo deportivo del Instituto Peruano del Deporte en Wanchaq. En la cancha, los equipos disputan las semifinales del Segundo Campeonato Deportivo de Fútbol para Invidentes 2025.

Siete delegaciones de distintas regiones del país llegaron para demostrar que el fútbol no se juega solo con los ojos, sino con el alma. Cada pase, cada disputa y cada gol cuentan historias de esfuerzo, superación y amor por el deporte.

Caretas estuvo presente y recogió tres testimonios que hablan de resiliencia, disciplina y esperanza. Son relatos que inspiran y demuestran que los límites están en la mente, no en el cuerpo.


José “Gokú” Mallqui: el guerrero de Ica

En la primera semifinal, Sport Ica enfrenta a UCRI (Unión de Ciegos de la Región Inca). El partido es intenso y se mantiene igualado. Entre los jugadores, uno destaca por su liderazgo: el número seis de Sport Ica, José Mallqui, de 34 años.

A José lo apodan “Gokú”. Sus compañeros le pusieron ese sobrenombre por su espíritu indomable: nunca se rinde, ni siquiera cuando perdió la vista hace dos años en un accidente.

Durante el descanso, José nos cuenta:

“Han sido dos años muy duros, pero no me he rendido. Mi familia me ayudó a mantenerme fuerte y el fútbol me devolvió las ganas de vivir”.

Mallqui jugó toda su juventud en equipos de Ica, incluso en torneos como la Copa Perú. Su posición de volante de contención le permitió desarrollar una gran técnica con el balón, algo que hoy, pese a la discapacidad, mantiene intacto.

Cuando le preguntamos qué lo motiva a seguir, responde con firmeza:

“Yo no me rindo. Pase lo que pase, siempre me pondré de pie. Por Dios, por mi familia y por mí mismo”.

Antes de volver al campo, deja una frase que refleja la esencia del campeonato:

“Todo está en la mente, Luis. Solo date cuenta”.


Joseph Fernández: un penal que vale una vida

La semifinal se define por penales. El marcador está empatado y la tensión se siente. Es el turno de Joseph Fernández Norabuena, delantero de UCRI. Toma la pelota con calma, respira hondo y dispara. El balón entra ajustado al palo derecho. Gol.

UCRI avanza a la final. Los jugadores celebran con lágrimas, abrazos y gritos. Joseph es el héroe del partido, pero su historia va mucho más allá del fútbol.

Nos cuenta que nació con discapacidad visual y que, durante años, pensó que su vida estaba limitada. Todo cambió cuando recibió apoyo psicológico y empezó a entrenar con UCRI:

“Cuando me enteré de que no iba a poder ver, pensé que mi mundo se acababa. Hoy sé que no es así. Mis otros sentidos se han despertado y puedo hacer cosas que jamás imaginé, como jugar fútbol con mis hermanos”.

Antes de irse a la charla técnica, Joseph deja otra frase que resuena:

“La vida está llena de caídas, pero lo importante es levantarse. Cada vez que lo haces, luchas otra vez por tus sueños”.


Manuel Quispe: el coraje de Ayaviri

Desde Ayaviri, Puno, llegó el equipo Santa Lucía, liderado por Manuel Fernando Quispe Mamani. Su equipo pelea por el tercer puesto del campeonato.

Manuel aprovecha un descanso para conversar con nosotros. Nos habla de su tierra, de la cultura viva de Puno y de los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad visual:

“Nuestra sociedad todavía margina mucho. Es duro no encontrar apoyo, incluso en cosas simples como cruzar una calle o usar un transporte. Pero aquí, en este campeonato, nos sentimos valorados. Aquí somos libres”.

El equipo de Santa Lucía cae ante Sport Ica, pero lo hacen con la frente en alto. Para Manuel, y para todos los participantes, el resultado en el marcador es lo de menos:

“Aquí todos somos campeones. El coraje es lo que nos mantiene de pie”.


Más que fútbol: una lección de vida

El Segundo Campeonato de Fútbol para Invidentes en Cusco es mucho más que un torneo. Es un espacio de inclusión, un escenario donde los deportistas demuestran que la discapacidad no define los límites de los sueños.

Entre goles, penales, caídas y celebraciones, cada jugador escribe su propia historia de resistencia y determinación. No solo luchan por un trofeo, sino por algo mucho más grande: la dignidad y el derecho a ser reconocidos. (Texto y Fotos: Luis Castillo)

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