Carlos Alcaraz protagonizó hoy una epopeya en París. En la final de la Copa de Francia, logró su segundo título consecutivo en Roland Garros al vencer a Jannik Sinner por 4-6, 6-7(4), 6-4, 7-6(3), 7-6(10-2) en un duelo de 5 horas y 29 minutos, la final más extensa en la historia del torneo en la era abierta.
El español, de apenas 22 años, estaba contra las cuerdas: perdía los dos primeros sets y enfrentó tres bolas de partido en el cuarto. Sin embargo, con una mezcla de temple, resistencia física y audacia, revirtió la situación y forzó un quinto set definitorio. En el desempate, Alcaraz puso el broche con autoridad, imponiéndose 10-2 .
Con este triunfo, Alcaraz se convierte en el tercer hombre de la Open Era —tras Gastón Gaudio (2004) y Novak Djokovic (2019)— en ganar un Grand Slam después de salvar al menos una bola de campeonato y solo el segundo en defender con éxito su título en Roland Garros antes de los 23 años. Es su quinto título de Grand Slam y confirma que ya es un referente del tenis mundial.
Pero no solo por el trofeo será recordado este partido: la final representó una confrontación de resistencia física y fortaleza mental, consolidando la fama de Alcaraz como un especialista de corazón de torneo con impresionante capacidad de reacción. Además, marca el inicio inmejorable de su temporada sobre tierra batida, tras firmar anteriormente títulos en Montecarlo y Roma.
Tras colapsar en el centro de la cancha, Alcaraz abrazó a Sinner y dedicó la victoria a su equipo y su familia, en un gesto de emoción contenida que evidenció la magnitud de lo logrado .