El miércoles 10 de abril se inaugura la séptima exposición individual de Mateo Cabrera (Lima, 1982) en La Galería (Conde de la Monclova 255 – San Isidro). La muestra está integrada por 9 obras recientes de mediano y gran formato en óleo sobre lienzo y un conjunto de obras de pequeño formato trabajadas en técnica mixta.
Mateo Cabrera se ha caracterizado por trabajar composiciones libres en las que la figuración y la poesía van de la mano articulando historias cargadas de humor y fantasía; para ésta muestra parte de personajes reales que incluye en escenarios mágicos en los que discurre una narrativa cercana a lo real maravilloso, con un discurso plástico en -casi- fotográficamente plasmado.
Luis Lama considera que en esta obra además de la literatura pueden encontrarse reverberaciones de pintores como Herman Braun y Carlos Revilla pero son un eco más propio de la generación del joven artista.
Cabrera ha estudiado en Corriente Alterna (2004 – 2005) y en University of the Arts; Lavender Hill Studios y Princess Drawing School, (Londres, 2005 – 2007). Ha llevado varios talleres en Europa. Desde 2019 realiza sus individuales en La Galería.
Exclusivamente para CARETAS, Mateo Cabrera declara sobre su obra:
“Yo creo en el arte como herramienta mística, que a través de los sentidos es capaz de traernos a un momento de dicha contemplativa. Yo creo en el asombro que nos despierta una obra de arte.
Aunque mi pintura puede ser entendida como un relato, y puede buscársele significado simbólico y desde ahí desplegarse múltiples lecturas, su intención principal es la de tratar de dejar al observador sin palabras, enfrentado a su propio silencio, que es el misterio de la vida.
En mi nueva muestra, “La comunión de los reinos”, en La Galería, cada pintura esconde un relato de múltiples interpretaciones. Trato de dejarlo abierto para que sea el espectador quien desentrañe su contenido. Intento orientar la imaginación con recursos poéticos, pero dando la libertad suficiente para mantenerlos en las arenas movedizas de la incertidumbre.
En mi obra hay muchas referencias a la historia del arte, una mezcla de imágenes disociadas, porque hay una manipulación del tiempo y del espacio para crear imágenes eclécticas y situaciones imposibles. Hay una presencia protagónica de la naturaleza y sus reinos dominando las escenas y coexistiendo con lo humano en paradigmas de aspectos imposibles.
Mi técnica es la del óleo sobre lino. La misma que ha acompañado durante siglos el oficio de pintor. Aquel que con pigmentos sacados de la tierra, ayudado por herramientas hechas con pelos de animal, da vida a nuevas realidades. Por eso, como artista, mi interés es dar prioridad a los poderes más esenciales de la naturaleza.
Acepto que mi obra se podría considerar como un expresión de realismo mágico, por la influencia de la literatura en mi pintura. Es posible que algo de ese espíritu quede escondido en mi trabajo”.
