Nadadora de aguas abiertas y recicladora de almas perdidas, Milagros Bellido recorre las playas de Punta Hermosa en busca de trozos de madera varados en las costas del clásico balneario. La artista los recoge para llevarlos a Maritierra, su taller. Allí los adorna con trazos de pintura e hilos utilizando herramientas propias de un carpintero.
Una vez que la madera ha tomado forma, dibuja un boceto en la superficie para guiar el calado y el pintado en acrílico. Finalmente, inserta aguja e hilos de bordar en el sólido material. De esta manera, la madera que alguna vez fue bosque, culmina su ciclo de vida transformada en obras de arte que exhibe en su primera muestra que se puede admirar hasta el 1 de setiembre en el Centro Cultural de San Isidro, El Olivar (Calle la República 455)