Las Partículas Elementales

Por Czar Gutiérrez | Tomando el fragmento como metáfora, la artista dominicano-peruana Yriane Kahn presenta una serie de cajas de acrílico conteniendo pedazos discontinuos pero interconectados. “Fragmentos” se inaugura este miércoles en La Galería de San Isidro.

por marcerosalescordova@gmail.com
Yriane Kahn

Son pedazos rotos que parecen haber salido de la ruptura de otros cuerpos menores, que también están flotando en perturbadoras cajas transparentes sin gravedad. Los límites semánticos son difusos, pero están relacionados. El conjunto, sin duda, desarrolla una idea matriz: crear agrupaciones de imágenes interconectadas para que entre ellas se establezcan nuevas correspondencias, de manera que haya un flujo continuo. Tanto que, al final, el espectador termine creando una cartografía personal generadora de relecturas. Además, incita a que dentro de las cajas de acrílico ocurra un juego mnemotécnico en el cerebro del observador.

Una especie de Atlas Mnemosyne, ¿ese es el efecto que querías obtener? “Efectivamente, un aspecto clave en mi investigación fue la lectura de Didi-Huberman, su trabajo sobre ese libro de Aby Warburg”, afirma Yriane Kahn (39), artista nacida en Santo Domingo y formada en la escuela de artes de la PUCP. Acaba de aterrizar de Madrid, donde vive. Se fue hace algunos años para obtener un máster en investigación, arte y creación por la universidad Complutense. Aquella tesis exploró, precisamente, el concepto del “fragmento” como hilo conductor para analizar e investigar lo que ocurre al interior de ese rico imaginario que es la creación.

Oda a la pluralidad

Creación que, en el caso que nos ocupa, está atravesada por la trayectoria nómada de la artista. Apenas al salir del colegio se fue a París porque quería estudiar lengua y civilización francesa en la Sorbona. Pero prefirió quedarse en el Perú para asentar sus raíces paternas. Después de tres años y medio en la Católica, ingresó a la Universidad de Barcelona donde obtendría una licenciatura en artes plásticas. En el camino, iría exponiendo muy contadas veces en Lima. Y también en Madrid, donde el año pasado exhibió “Fragmentos” (Espacio Mados) y acaba de clausurar “Fragmentum” en el Centro Cultural Norte de la Universidad Móstoles.

“Esos pedazos reflejan la identidad en constante movimiento y se convierten en un medio para comprender las raíces familiares, los cambios, las transformaciones, los viajes, las migraciones y las culturas”, dice. Usando la maleabilidad del cartón, su propuesta evidencia la composición y el significado de estas fracciones. Que reutiliza y transforma en múltiples capas de información e historia. “Busco comprender mi arte desde una perspectiva personal y contemporánea, explorando el fragmento, la abstracción, la migración, el sincretismo y las culturas híbridas”.

El asunto, ciertamente no es nuevo. Ocurre desde Heráclito y su idea del cambio constante (panta rhei) hasta Kierkegaard y Nietzsche, que enfatizan la experiencia subjetiva como desarticulada e incompleta. Filósofos como Lyotard y Derrida argumentan que la realidad es fragmentada. Picasso (cubismo) y Duchamp (ready-mades) utilizaron fragmentos para desafiar percepciones y crear nuevas experiencias estéticas. “La tierra baldía” de Eliot retrata la complejidad e incertidumbre de la vida moderna a través de narrativas desarticuladas. John Cage emplea la fragmentación para crear estructuras no convencionales y composiciones no lineales.

Más allá del todo

“Mi formación en la Facultad de Artes de la PUCP fue una experiencia retadora y enriquecedora. Admiraba a Julia Navarrete y Alejo Alayza, que me inspiraban profundamente. Los primeros años exploré una variedad de cursos en estudios generales de arte, inclinándome inicialmente hacia la pintura. Sin embargo, mi interés por el grabado y la escultura me llevó a diversificar mis estudios. Luego, en Barcelona, mi enfoque se expandió hacia la escultura y el arte público, influenciada por la libertad académica y las inspiradoras clases de fotografía con el peruano Mariano Zuzunaga”, recuerda.

Y se proyecta al futuro: Yriane Khan actualmente está embarcada en un gran proyecto europeo llamado (IN)visible, colectivo artístico liderado por la francesa Marion Peylet e integrado por las artistas plásticas Karine Lahannier y Mai Khanhn Pham To, además de la perfumista Éléonore de Staël. Todas ellas trabajan en una exposición multisensorial donde lo visible irá al encuentro de lo invisible. Mientras tanto, el miércoles abrirá las puertas de La Galería de San Isidro para que veamos sus fragmentos, ese nodo de visita indispensable. Esa red compleja de significados donde pasado, presente y futuro se entrelazan en una danza preciosista de continuidad y ruptura.

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