Encuentro en Miraflores

Texto y fotos: Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana | Paseando por Miraflores podemos apreciar el encuentro de dos experiencias, una arquitectónica y otra artística. Por un lado, un edificio de estilo Neo Colonial, edificado en la década del cuarenta y diseñado por el arquitecto Luis Miro Quesada Garland para albergar el Palacio Municipal del distrito de Miraflores.
Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana.

Continuando con las publicaciones sobre el rescate del edificio de la Municipalidad de Miraflores, uno de los pocos monumentos arquitectónicos del siglo XX, CARETAS entrevista a Patricia Llosa y Rodolfo Cortegana, dos destacados arquitectos que fundaron en 2005 el estudio Llosa/Cortegana. Ellos indagan alrededor del individuo/ciudadano como eje central de la arquitectura y como ésta se relaciona con el entorno a partir de sus circunstancias. Para estos arquitectos cada proyecto es una posibilidad de construir la realidad de las personas desde la subjetividad del ser humano, las condiciones territoriales y climáticas, la historia, las manifestaciones culturales y la disciplina misma. Su estudio es un espacio para la reflexión académica y profesional, relacionado además de manera estrecha con la enseñanza de la arquitectura.

En tiempos de incertidumbre, pareciera que la realidad tangible todavía es una de las experiencias gratas que el arte y la arquitectura nos ofrecen.

Paseando por Miraflores podemos apreciar el encuentro de dos experiencias, una arquitectónica y otra artística. Por un lado, un edificio de estilo Neo Colonial, edificado en la década del cuarenta y diseñado por el arquitecto Luis Miro Quesada Garland para albergar el Palacio Municipal del distrito de Miraflores. Un edificio que, como pocos del siglo XX en nuestro país, ha sido declarado Monumento Nacional, es decir, la sociedad en su conjunto le otorga valores patrimoniales que tenemos la responsabilidad de proteger.

Ingreso por la sala Luis Miro Quesada Garland. Vacío.

Por otro lado, nos encontramos con una exposición muy completa de uno de los artistas más prolíficos del arte peruano de la primera mitad del siglo XX, nos referimos a Carlos Quizpez Asín. La curadoría realizada por Jorge Bernuy, despliega una obra sobresaliente, de la cual podemos resaltar aquellas dedicadas a los murales que se realizaron sobre edificios públicos en el Perú.

Lo preocupante de lo que debería ser un feliz encuentro entre estas dos manifestaciones culturales, es que ambas pierden mucho debido a la manera como éstas se despliegan a partir de la adecuación arquitectónica del edificio, y la puesta en escena de la muestra artística.

Existen muchos ejemplos de intervenciones en edificios con valor monumental, cuyas adecuaciones, en lugar de generar un detrimento en su arquitectura, logran resaltar los valores arquitectónicos del edificio. Podemos anotar ejemplos como el distinguido trabajo en el campo de las intervenciones en edificios patrimoniales realizado por Carlo Scarpa. Sus adecuaciones no solo están a la altura del edificio que las acogen, sino que resaltan el propio monumento, amplificando sus atributos arquitectónicos.

Otro ejemplo más cercano quizás, es el realizado por el arquitecto Paulo Mendes da Rocha en la Pinacoteca del estado de Sao Paulo, una intervención que pone de manifiesto el valor del edificio intervenido desde la destreza del arquitecto que la proyecta, insertando pequeñas acciones que adecuan de manera precisa los espacios expositivos, el ordenamiento de los flujos y las circulaciones en sus recintos.

Lo lamentable de una iniciativa que tenía como finalidad amplificar la oferta cultural en el distrito, es perder la oportunidad de hacerlo desde un proyecto de intervención de calidad, que ponga en valor el edificio patrimonial y pueda acoger las diversas manifestaciones artísticas de manera digna.

Ingreso del personal y a la exposición por la puerta lateral de la avenida Larco.

Cuando recorremos la muestra actual de Quizpez Asín, lamentamos que, siendo una obra tan significativa para el arte peruano, se vea precarizada por la manera en la que está expuesta en lo que se refiere a una improvisada adecuación del espacio que la cobija. Estamos, pues, al frente de una obra que merecería de un contenedor que esté a la altura de su artista y de un edificio que merecería una intervención que esté a la altura de su arquitectura.

Esperamos que el Municipio de Miraflores pueda revertir estas acciones y seguir con una iniciativa que todos celebramos, pero que se ve opacada por las improvisadas decisiones que se han tomado en la gestión de este espacio cultural. Como arquitectos estamos convencidos de que los edificios públicos tienen la responsabilidad de constituirse en lugares de encuentro, en espacios donde como individuos podamos construir nuestra ciudadanía y los principios democráticos que nos puedan permitir algún día una sociedad más justa e inclusiva.

Quizpez Asin. Una obra notable.

Un edificio público es sobre todo un lugar y es una responsabilidad ética de nuestras autoridades, el poder otorgarle nuevos ciclos de vida desde intervenciones respetuosas que lo potencien para seguir estableciendo su presencia en la ciudad, más aún cuando su rol es el de la difusión cultural.