Alquimia conyugal

Por Czar Gutiérrez | La nueva bipersonal de Mónica González Tobón y Percy Zorrilla es El hombre Pentágono y el misterio de las formas. Va en La Galería de San Isidro hasta el 6 de junio.

por marcerosalescordova@gmail.com
alquimia conyugal

El acero, ese fósil de la modernidad industrial, sangra de claroscuros en su taller de Cieneguilla. Mónica González Tobón y Percy Zorrilla —un solo gesto creativo— operan y transmutan: a cuatro manos, herederas de Oteiza pero también de los anónimos maestros Ychsmas, no esculpen volúmenes: trabajan el espacio cual sacerdotes de un culto precolombino al vacío activo. 

Duro y etéreo

La bipersonal El hombre Pentágono y el misterio de las formas (La Galería, San Isidro) es un mandala de metal donde macro y microcosmos se reflejan. Ella, alquimista de superficies que atrapan el crepúsculo; él, arquitecto de tensiones que desafían la gravedad. Juntos tejen una cartografía espiritual en la que el pentágono —forma prohibida por Euclides— opera como interfaz humano-cósmica.

Sus obras públicas (Büdelsdorf, Dubái, Da Nang) son estelas de un peregrinaje secular: el arte como acto de colonización inversa. Cuando el acero peruano habla alemán o árabe completa el ciclo que iniciaron las vanguardias: no ya Europa irradiando formas, sino el Sur respondiendo con signos ancestrales cifrados en lenguaje contemporáneo.

En el centro del ritual, la pieza conjunta: un pentagrama que vibra entre la razón áurea y la herida abierta. ¿Acaso no es todo matrimonio artístico una herida que sangra creación? Ella lo intuye cuando dice que sus espacios “solo pueden ser habitados por el alma”. Él lo corrobora al evocar “la liviandad del acero”, paradoja que haría sonreír a Brancusi.

De curvas y fracturas

La crítica velada está ahí: en la elección del metal que el Perú mina pero no domina, en las obras que viajan más que sus creadores, en la geometría que interroga a un país fracturado. Con esculturas no decoran: exorcizan. Cada ángulo recto desafía la curva fácil del mercado del arte; cada vacío un espejo para que Lima contemple su propio hueco cultural.

Desde el 14 de mayo, cuando la galería se convierta en cámara de resonancia, habrá que preguntarse: ¿arte o liturgia? La respuesta latirá en el acero: es ambas cosas. Si estamos de acuerdo en que el poema es la religión del hombre moderno, los Zorrilla nos deben recordar que la escultura también.

Lugar: La Galería 

Dirección: Conde de la Monclova 255 – San Isidro

Horario: De lunes a viernes de 11 a 7 pm. Sábados de 3 a 7 pm 

Hasta: 6 de junio. 

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