Trump, Milei … y Dina

Escribe: Fernando de la Flor Arbulú *

por Fernando de la Flor Arbulú

Si hay algo que vincula a estos tres personajes, es la desubicación. Trump, Milei y Dina Boluarte están confundiendo sus roles. Empecemos por el más relevante. El mundo tiene un nuevo alguacil: Donald Trump. Así lo dijo el vicepresidente norteamericano en una reunión con la Unión Europea. Mantener el orden y la seguridad son las funciones de un alguacil. Si nos atenemos a lo que viene diciendo Trump, sí, pues, ese es el papel que pretende cumplir, sin que nadie en el mundo (salvo el pueblo norteamericano), lo haya elegido para eso.

Trump ha dicho, sin rubor, que el Canal de ¨Panamá debe volver al control de Estados Unidos, por razones de seguridad. No importan los tratados internacionales, los acuerdos a perpetuidad entre países, ni la soberanía de cada uno. Lo que importa es el interés de Estados Unidos, reviviendo una inaceptable versión del imperialismo.

Ha declarado, también, que la gélida Groenlandia, isla bajo la protección de Dinamarca, debe incorporarse como Estado de la Unión, invocando igualmente consideraciones de seguridad. Ha ofrecido comprarla y, de ser el caso, ejecutar cualquier otra medida que fuera necesaria.

En una declaración altisonante, el mismo Trump ha señalado que los palestinos que viven en la Franja de Gaza, su territorio ancestral, deben desocuparla para reubicarse en países vecinos. Y en dicho lugar –agregó para sorpresa del mundo– deberá llevarse a cabo un proyecto turístico que lo convierta en la Riviera del Oriente Medio.

No hay duda que Donald Trump tiene una severa desubicación. En su delirio cree que ha sido elegido por Dios para su tarea. Así lo dijo en su discurso de juramentación, cuando se refirió al atentado que sufriera. Agredir a sus vecinos (México y Canadá) y maltratar a sus aliados históricos (la Unión Europea), es de una insolencia imperialista inadmisible, aun cuando se tenga la fuerza militar más poderosa.

Javier Milei, el ahora famoso presidente argentino, es otro de los mandatarios afectado por la desubicación. Resulta que se convirtió en promotor de una criptomoneda que apenas en unas horas concretó una de las mayores estafas de la virtualidad. Se estima que más de 44 mil personas fueron engañadas y alrededor de 100 millones de dólares se llevaron los autores del embuste, apoyados por Milei. Un presidente de la República alentando un negocio privado es de una inobjetable insania institucional.

Finalmente, nuestra presidente Dina Boluarte no escapa de la desubicación. No advierte que su gobierno es del Congreso, verdadero centro del poder en el Perú de hoy, antes que de ella como titular del Ejecutivo. Sabe que para mantenerse requiere aceptar que el Legislativo haga lo que viene haciendo: dictar leyes con nombre propio, desnaturalizar la esencia de las instituciones, designar a quienes protejan sus intereses en los cargos de las entidades responsables de su supervisión, prestarse a las componendas y acuerdos necesarios para que impere la apariencia de un régimen de formal legalidad.

No deja de ser sorprendente que personajes tan disimiles como Trump, Milei y Dina Boluarte, sin embargo, estén hermanados por la desubicación.

*Abogado y fundador del original Foro Democrático

También te puede interesar

 Av. Guardia Civil 1321, Oficina 1802, Surquillo, Lima – Perú

Copyright ©caretas.pe | Por Revista Caretas

Todos los derechos reservados

Ilustración Peruana

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más

Política de privacidad y cookies
¿Estás segura de que quieres desbloquear esta publicación?
Unlock left : 0
Are you sure want to cancel subscription?