¡Oh, del gozo!

LA MUERTE PARA EMPEZAR: En su libro “las preguntas de la vida” (1999) Fernando Savater  dedica su primer capítulo a la consciencia de que vamos a morir algún día es parte de la propia muerte. Por eso recordé a Savater cuando comencé a ver los cuadros de Walther Sánchez para la muestra “Réquiem” en el espléndido Centro Cultural de la Universidad de San Agustín en Arequipa.

por Luis Lama

 El arte contemporáneo, en líneas generales, no suele dedicarse a la muerte. Opta por la violencia, el sexo u otras trasgresiones vitales en una sociedad. Ciertamente hay pocas excepciones como las de Odd Nerdrum, pero hoy los artistas prefieren la introspección a  la muerte o el desenfreno a la descomposición de la carne. Y ciertamente el infierno les resulta de mayor interés que el cielo o el purgatorio, porque es allí donde tienen lugar todas las liberaciones a las represiones que la sociedad nos impone.

Se trata de una exposición arequipeña tan compleja que bien amerita tener un recorrido nacional o buscar las relaciones internacionales de la Universidad para que esta actividad tenga la trascendencia que requiere. Nunca antes he podido ver una producción local que abarque tantos aspectos de la vida y la muerte, la historia y la música, la religión y la filosofía en general.

Hay libros que suelo releer con mis alumno de arquitectura. Aura de Carlos Fuentes, es uno de ellos. Escrito en 1962 los hechos transcurren al interior de una casona del siglo XIX en México DF, pero que bien pudiera estar ubicada en Arequipa. Cuando Fuentes describe la habitación de Consuelo, la emaciada anciana de la casa, se empeña en describir sus paredes repletas de santos dolientes porque en la iconografía religiosa hay que sufrir para alcanzar la santidad. Pero los demonios gozan, “son los únicos sonrientes en esta iconografía del dolor y la cólera: sonrientes porque, en el viejo grabado iluminado por las veladoras, ensartan los tridentes en la piel de los condenados, les vacían calderones de agua hirviente, violan a las mujeres, se embriagan, gozan de la libertad vedada a los santos”.

2Walther Sanchez Dame de ti. 1 Óleo sobre lienzo. (150x120cm y 120x180cm). Óleo sobre lienzo

El Bosco lo describe muy bien en la tabla derecha de “El jardín de la delicias” (1500-1505) que lo dedica a la descripción del infierno, pero es en el barroco peruano donde tenemos el mejor ejemplo. Se trata de “El Juicio final” (1675) de Diego Quispe Tito ubicado en el Convento de San Francisco de Cusco. Es el mejor relato visual que conozco sobre la muerte, el infierno y la gloria condensado en un formato heroico de casi 6 x 3 metros. La zona de los demonios son de una perversión imposible de replicar en el arte de hoy. ¡Oh, del gozo!

Sin embargo los ejemplos anotados están lejos de ser resultado de la fusión entre música y pintura como la propuesta que nos ocupa. El Réquiem de Fauré es el punto de partida para esta exposición. Y es de agradecer que así sea. Mozart -siempre Mozart- es el primero que nos llega a la mente cuando hablamos de Réquiem, su clasicismo con resonancias barrocas es lo que lo hace inolvidable. Pero el de Fauré, según sus propias palabras «no expresa el miedo a la muerte …es “un arrullo de la muerte”. Así es como veo yo la muerte: como una feliz liberación, una aspiración a una felicidad superior, antes que una penosa experiencia.

Los curadores han  decidido representar los textos litúrgicos de la misa concentrándose en torno a cuatro momentos del Réquiem: Introito (Réquiem aeternan), Pie Jesu (Jesús piadoso), Agnus dei: descanso eterno y Nunc Dimittis, que no forma parte del Réquiem, es un rezo sobre la eternidad.

4 Walther Sánchez. Ante ti. Óleo sobre lienzo.150x200cm

Walther Sánchez es el pintor que ha asumido el reto de la representación -que no de la ilustración- de cada una de las piezas asimilando su contenido y tratando de recurrir a lo mejor del neoclasicismo posmoderno para su narración visual.

La importante responsabilidad otorgada al artista es una decisión correcta. Sánchez es el mejor pintor que conozco de su generación. Su obra es obsesivamente trabajada con infinidad de acciones que buscan una perfección  más próximo al siglo XIX que a estos tiempos de pulsiones.

Más que representar a la música -eso sólo lo ha logrado Kandinsky y parcialmente Klee- lo que intenta el pintor es interpretar el sentido místico de cada acto. Y lo ha hecho con una precisión obsesiva, como en todos sus trabajos anteriores. El tiempo real no existe en su pintura y creo que para él un cuadro nunca se llegará a terminar.

Las obras de esta exposición tienen una fuerte carga neoclásica, al igual que los grandes posmodernos de los años 80 y 90 que partieron principalmente de Jacques-Louis David.

Son cuadros eminentemente literarios. Todos cuentan historias con abundantes personajes que lucen congelados en el tiempo a pesar de las acciones que aparentan realizar. Todos ellos lucen esculturas ubicadas en el paisaje para contar una anécdota sobre la vida, la muerte y la transfiguración.

Es necesario hablar sobre lo cuir. Hasta ahora Walther Sánchez había trabajado una iconografía homoerótica que lo identifica. Para estas piezas han abandonado lo explícito a  un lado para sugerir a través de la mirada un erotismo concentrado en el cuerpo masculino.

Walther Sánchez Dame de ti. 2 Óleo sobre lienzo. (150x120cm y 120x180cm). Óleo sobre lienzo

Sólo el cuadro de “Jesús Piadoso”, en el que asume más riesgos, incluye una mujer y junto a ellas elementos derivados del kitsch decimonónico, -digamos Bouguereau- y un cordero alado que, a tono con los postulados posmodernos, añade la indispensable ironía a un cuadro orientado, particularmente, para entendidos.

Y el fuego eterno para terminar. En Agnus Dei el pintor asume el riesgo de representar una orgía cuir en medio del infierno. En otro cuadro, formando un díptico, hay otro hombre que cae para unirse a ellos  Y si el momento del Réquiem habla de salvación este cierre pictórico lo que hace es perturbar. Ese cuerpo no se lanza a la salvación. Va a sumarse a los condenados que sólo encuentran la redención a través de su sexualidad. Ignoro si los himnos cristianos también rezarían en este caso : ¡Oh, del gozo!

Maravillosa Arequipa. 

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