Resulta divertido, por lo ridículo, la cantidad de críticas que recibió Laura Spoya, una de las presentadoras del Miss Perú que este año se realizó en la plaza Grau del Callao, por pedirle a Guaynaa, el cantante portorriqueño invitado a poner la nota musical del evento, que bailara con ella la canción Mamarre, un tema que tiene partes de la letra subiditas de tono, pero que estaba dentro del mix que el artista cantó durante el desfile de las candidatas en traje de baño.
¿Qué escandalizó tanto a la gente que destruyó a Spoya en las redes, hasta el punto de convertirla en tendencia? Decían que “la canción era inapropiada para un evento de tal magnitud”, “debió mantener un tono acorde al prestigio del certamen” y que el tema “no estaba en sintonía con la seriedad del evento”. ¿De qué prestigio y seriedad hablan? ¿A qué se refieren cuando dicen un evento ‘de tal magnitud’? Se trata de un concurso anacrónico y trasnochado en el que las participantes tienen que exhibirse en una pasarela, como si fueran reses, para que un jurado ‘califique’ su cuerpo.
Qué mejor canción para graficar lo que estamos describiendo, es decir lo que es, en realidad este evento, que esa que pidió Laura Spoya y cuya letra dice: “Cómo lo mueve esa muchachita/ le mete al dembow y no se quita/ yo tengo el ritmo que la debilita/ ella tiene nalga y tetita, nalga y tetita…” Por supuesto cuando el boricua hizo su mix, no incluyó esa parte, por censura, evidentemente, pero todos conocen la letra.
Sin embargo, bastó que la ex Miss Perú y ahora conductora diga que esa era su canción preferida del cantante boricua, para que la doble moral de la sociedad limeña, siempre tan conservadora, siempre tan hipócrita, se le tirara encima y comenzaran a criticarle desde su maquillaje hasta los dedos del pie (literalmente).
¿Cuál es el problema? ¿A una reina de belleza no le puede gustar bailar reggaeton? ¿Existen géneros prohibidos para las señoritas participantes? Laura Spoya, quien suele decir que es fina, pero con esquina, felizmente, no se amilanó y se burló en su cuenta de Instagram de las críticas, escribiendo: “Y eso que el vestido, realmente, no me dejó bailar y fue un reggaeton bien delicado, pero mamá, nunca dejaré de perrear, para eso nací. Yo me gocé todo de principio a fin”. También se rió de los memes y las burlas sobre sus dedos del pie que se salían del zapato: “No me tomo nada personal”.
Del evento en sí, ni siquiera vale la pena hablar, pero sería bueno resaltar que Tatiana Calmell del Solar, la flamante Miss Perú, fue descalificada hace casi once años del concurso Next Top Model Perú, por denunciar tocamientos indebidos de parte de Antonio Borges, modelo brasileño y miembro del jurado, con el que tuvo que hacer una sesión de fotos, como parte de los retos y que él aprovechó para toquetearla. Cuando los miembros del jurado la escucharon, no solo no la apoyaron, sino que la trataron pésimo, diciéndole cosas como “No entiendo tu vocación de modelo. Creo que no la tienes, porque si eres modelo, te vas a ver en estas situaciones…” Eso sí debería haber sido un escándalo, pero claro, no pasó nada…Ojalá no sea verdad que ahora que es Miss Perú, tenga que estar expuesta a ese tipo de situaciones o que si pasa algo otra vez, tenga el mismo valor de denunciarlo. Eso es mucho más ‘inapropiado’ que un reggaeton ¿no creen?