Sin proponérselo Borges describió a su modo lo que hoy llamamos multiverso. “…el laberinto era el mundo y el universo, y por lo tanto, infinito….. no había universo sin laberinto, y había tantos laberintos como universos” . “El jardín de los senderos que se bifurcan”, 1941, debería ser una lectura indispensable para el pensamiento de Bao.
En tiempos en los que predomina el hedonismo tu propones una reflexión en torno a la percepción de la realidad. ¿No consideras que tu propuesta es más próxima a la lectura que a las artes visuales?
Completamente, y desde algunas lecturas he partido para proponer las piezas visuales que espero generen un retorno a las letras, a los significados, sin pretensiones, solo ilusiones como impulso a partir de las verdades subjetivas que hoy modelan nuestro entorno.
Esta hegemonía de un nuevo conceptualismo en tu trabajo puede resultar ajena a los nuevos coleccionistas y espectadores. Y creo que allí radica uno de sus mayores méritos. El riesgo, la audacia y la ruptura del conformismo…
Pienso en mi trabajo del riesgo, como concepto inherente al acto de crear, una vulnerabilidad controlada por necesidad, que descansa en lo modular, lo geométrico y lo repetitivo, como imagen, como proceso y como práctica.
Considero que tus obras -prescindiendo de los textos- son suficientemente poderosas para intuir por lo menos lo que propones.
Estos textos fueron generados por IA, a partir de un texto que preparé previamente, el cual está ploteado al ingreso de la sala, en mi condición de errar y de humano sobre los mismos temas. Ellos son una especie de manual al fondo de la caja, ubicados al inicio/ingreso y al fondo de la sala.
A mucha gente le irrita leer para explicarle lo que ven. Esa incomodidad no tendría la menor importancia en una galería pública o un museo que es el sitio donde tu obra lograría otro contexto. Por eso considero admirable la decisión de La Galería de albergar tu individual. Una muestra tan exigente como la tuya está en las antípodas de la erótica de este mercado.
Creo que esta erótica implícita en un sector de la producción artística, responde a la intención de continuar el diálogo con un público y un mercado bastante desarrollado como consecuencia, más que a los parámetros impuestos por el propio mercado. Ciertamente es admirable la postura de La Galería, no solo frente a la decisión con mi trabajo, sino también con el trabajo de otras y otros artistas, y además por su capacidad como gestoras de articular los distintos tiempos, lenguajes y formas en esta amalgama visual.
Sostienes que “las obras se presentan no solo como interpretaciones de la naturaleza, sino también como un puente entre los diversos enfoques y debates sobre la verdad”. Así lo he percibido en tus obras más complejas, sin embargo como muy bien dices “diferentes miradas pueden dar forma a interpretaciones dispares”. No existe nada unívoco.
Aparentemente ni el propio hecho define la realidad, ya que éste consta de implicados e implicancias, y cada individuo lleva consigo sus propias experiencias, perspectivas y contextos que influyen en su interpretación sobre los hechos y sobre las obras.
La cascada es una pieza extraordinaria, cercana a postulados minimalistas, digamos Donald Judd, y creo que es allí, con el posible reflejo distorsionado de mi cuerpo con el entorno circundante donde resultan más evidente tus intenciones.
Mis mayores temores y menores intenciones son verme a mí mismo frente a alguna superficie reflejante, como imagen, incluso distorsionada. Lo considero un momento epifánico, que marca el inicio de todas las obras que conforman esta muestra: un muro cubierto de placas offset de aluminio reflejante, y que implica una cierta consciencia del ser, de la realidad y del tiempo, en este caso a partir de una estructura minimalista y a la vez sobrecargada de información.
El díptico al óleo es muy bueno y se carga de sugerencias más allá de las connotaciones de las que hablas en la entrevista. Eres un buen pintor que acude a otros medios para la representación simbólica de tu pensamiento.
La representación simbólica en los dípticos, parten de la representación realista de la naturaleza. En este caso una de las obras fue trabajada de día y la otra de noche. La obra nocturna fue la copia original sobre el recuerdo de una fotografía abandonada como guía, mientras que la obra diurna es la copia eficiente del recuerdo de la copia del original.
Los ensamblajes en offset, en su primer impacto, aparentan tener una intención cinética, pero es epidérmico aseverarlo. La alternancia entre positivos y negativos nos conducen a una aproximación más profunda que nos obliga a leer tu propuesta sobre la fragmentación de la verdad.
Pienso que en gran medida todo ya se ha hecho y todo se está haciendo a la vez. Actualmente nos hemos visto enfrentados como sociedad a ver más de lo que normalmente estábamos acostumbrados, un repertorio de repeticiones y revelaciones, de sesgos e iluminaciones.
Entiendo que esta es una pregunta impertinente. ¿Pero en un medio tan conservador como el nuestro, con mínimos coleccionistas y máxima decoración, puedes vivir del arte?
Ejercí como docente, sin título pedagógico, antes de ejercer como artista plástico o visual. Desde un inicio, encontré en la enseñanza un vehículo fascinante de transferencia de información y conocimiento, además de retroalimentación. Esta actividad, que realizo hasta hoy, me permite darme licencias y espacios en relación a mi producción y su continuidad, manteniendo una distancia prudente con aquellas preocupaciones, completamente válidas para todo aquel que solo se dedique al arte o intente sólo vivir de esto.