Ninguna de las películas candidatas a los premios Oscar de este año, por ejemplo, ha logrado un impacto tan grande como Adolescencia, la nueva miniserie británica de Netflix. En dos semanas se ha colocado en primera posición en el ránking del Top 10 de la plataforma, siendo así, lo más visto en los 190 países en los que esta se distribuye y logrando unanimidad en la crítica, la cual ha llegado a calificarla como “La perfección total” (The Times) o “Lo más cercano a la perfección televisiva en décadas” (The Guardian), entre otras cosas.
Y es que estamos frente a una obra de arte, tanto en la forma como en el fondo. La forma del plano secuencia, de la que tanto se ha hablado, nos involucra totalmente en el drama de la familia interpretada magistralmente por todo el elenco, destacando, por supuesto a Stephen Graham y debutante Owen Cooper. Y el fondo, pues simplemente nos cachetea, nos remueve todo y nos deja con mil preguntas por responder : ¿qué hay en la cabeza de nuestros hijos? ¿Entendemos sus maneras de comunicarse con el mundo? ¿Sabemos qué infiernos viven?
Desde que salió la serie se debe haber hablado más del tema de la violencia entre menores de edad, que en los muchos años que esta existe. De hecho, Stephen Graham, también co-creador de la serie, ha comentado en una entrevista que eso era lo que buscaban , después de escuchar varias noticias sobre niños que cometían actos violentos. “Hubo un incidente en el que un chico apuñaló a chica hasta la muerte, me impactó, luego volvió a ocurrir, volvió a ocurrir y volvió a ocurrir y pensé: ‘¿Cómo hemos llegado a esto?”, ha dicho (Según la Oficina de Estadísticas Nacionales británica, los ataques con arma blanca casi se han duplicado en la última década, y un 17.3% de los agresores son jóvenes entre 10 y 17 años).
Y claro, ver el caso en una ficción como esta, centrada en un chico de 13 años acusado del asesinato de una adolescente británica y lo difícil que resulta entender ¿qué pasó? nos impacta, nos sobrecoge y hasta nos lleva a confrontarnos con nosotros mismos en nuestro papel de padres; pero cuando vemos una noticia de casos como ese en los informativos, pasamos de largo, cambiamos de canal y, lo más probable, es que si nos encontramos con otro crimen, optamos por apagar el televisor.
Por eso, lo mejor de Adolescencia es que logra sacudir a gente de todo el mundo con este tema y mostrar que una tragedia así, le puede pasar a cualquiera, ya que la trama gira alrededor de una familia que, mirada desde afuera, parece no tener mayores problemas. El padre es trabajador y respetuoso en casa, la madre está siempre pendiente del hogar y los dos hijos (mujer y hombre), son bastante buenos en el colegio. Sin embargo, su mundo se desmorona cuando Jamie, el hijo de 13 años, es arrestado por el asesinato de una compañera de su escuela.
“Podríamos haber hecho un drama sobre pandillas y crímenes con armas blancas, o sobre un niño cuya madre es alcohólica o cuyo padre es un maltratador violento. En cambio, queríamos que el público viera a esta familia común y corriente y pensara: ‘¡Dios mío! ¡Esto podría estar pasándonos a nosotros!’.”, explica Graham.
Cuatro intensos capítulos que pueden parecer asfixiantes e incómodos, pero que hacen que nos cuestionemos si es estamos al tanto de los factores exógenos que pueden afectar a nuestros hijos ¿Sabemos a qué presiones se enfrentan por parte de sus compañeros, de internet y de las redes sociales? Quizás no los conozcamos tanto como pensamos.