Dicen que el hábito no hace al monje, pero la vestimenta que los papas eligen en su primera aparición pública trasciende la estética y comunica una visión simbólica de su pontificado. Francisco apareció con una sotana blanca sencilla, sin muceta ni estola, y con una cruz de hierro En contraste, León XIV optó por una vestimenta más tradicional, con muceta roja, estola bordada y cruz dorada
La estola papal está elaborada con seda o damasco de alta calidad —generalmente en blanco o dorado— y terciopelo o brocado litúrgico, forrada en lino o seda, está ricamente bordada a mano con hilos de oro y plata, piedras semipreciosas o perlas
La muceta roja del Papa se elabora en paño de lana fino o terciopelo rojo oscuro, puede ir forrada en seda blanca y tradicionalmente con armiño en invierno, tiene forma semicircular, cae hasta el codo